El 5 de junio es un día especial para el zaragocismo: Andoni Cedrún y Xavi Aguado, dos de las mayores leyendas en la historia del Real Zaragoza, celebran su cumpleaños. Más allá de compartir la fecha, hay muchas cosas que unen a estos dos iconos blanquillos, pilares fundamentales en la etapa más dorada del club aragonés. Ambos formaron parte de un equipo inolvidable que levantó dos Copas del Rey y la histórica Recopa de Europa, y ambos figuran en lo más alto del podio de los jugadores con más partidos en la historia del Real Zaragoza.
Andoni Cedrún, nacido en Durango en 1960, llegó al Real Zaragoza en 1984 procedente del Cádiz. Tras unos primeros años de adaptación, se afianzó como portero titular y fue protagonista absoluto durante más de una década. Con 361 partidos oficiales bajo los palos, es el portero con más encuentros disputados en la historia del club. Cedrún fue sinónimo de seguridad, carácter y liderazgo. Levantó la Copa del Rey en 1986 y 1994, siendo titular indiscutible, y formó parte del equipo campeón de la Recopa de Europa en 1995, aunque para entonces había cedido protagonismo a Juanmi. Su legado en la portería zaragocista permanece imborrable, y su identificación con el escudo traspasó lo meramente deportivo.
Xavi Aguado, por su parte, fue un símbolo de garra y compromiso. Nacido en Badalona en 1968, llegó al Real Zaragoza en 1990 desde el Figueres y permaneció en el club hasta su retirada en 2003. En esos 13 años, Aguado se convirtió en el jugador con más partidos oficiales en la historia del club (473), empatado con José Luis Violeta. Capitán durante muchos años, lideró la defensa con autoridad, gran juego aéreo y una entrega sin fisuras. Como Cedrún, fue protagonista en las Copas del Rey de 1994 y 2001, y pieza clave en la gesta europea del 95, donde el Zaragoza conquistó Wembley con aquel inolvidable gol de Nayim.
Ambos fueron parte de una generación que escribió las páginas más gloriosas del Real Zaragoza, y que cimentó una relación de amor incondicional con la afición. Cedrún desde la portería y Aguado desde la zaga, marcaron una época.
Hoy, al soplar sus velas, el zaragocismo entero les recuerda con gratitud y cariño. Porque Cedrún y Aguado no son solo historia del Zaragoza: son parte de su alma. ¡Feliz cumpleaños, leyendas!