Víctor Fernández lamenta la falta de puntería del Real Zaragoza ante el Deportivo
La igualdad a un gol frente al Deportivo de la Coruña dejó un sabor agridulce en el seno del Real Zaragoza. El entrenador blanquillo, Víctor Fernández, compareció ante los medios con una mezcla de frustración e impotencia. A pesar del claro dominio mostrado sobre el terreno de juego, el conjunto aragonés no supo materializar en el marcador las numerosas ocasiones generadas. Con más de 20 disparos a puerta, la falta de eficacia se convirtió en el principal hándicap del equipo, que terminó sufriendo para rescatar un punto en el último suspiro.
Un partido marcado por la falta de acierto
El propio Fernández reconoció que el equipo logró generar un volumen ofensivo espectacular, con centro tras centro y una gran variedad de recursos al ataque. Sin embargo, cada ocasión malograda aumentaba la presión y el nerviosismo sobre el césped. Para el técnico, la clave del duelo no fue la falta de intención, sino la ausencia de eficacia: “Si valoramos el partido solo por el marcador, nos queda la sensación de que el equipo no funciona. Pero si analizamos el desarrollo, hemos sido muy superiores, simplemente nos ha faltado puntería”, comentó.
La jugada del gol rival: un error grosero
Además de la falta de pegada, otro factor que generó malestar en el cuerpo técnico fue la acción que propició el tanto del Deportivo. Una desafortunada concatenación de errores en un córner a favor del Real Zaragoza acabó desembocando en un contragolpe demoledor. Víctor Fernández asume la responsabilidad: “La derrota o el empate son cosa del entrenador y su equipo. Todos somos parte de esa mala disposición en la jugada. Es evidente que no supimos protegernos en la segunda acción y el Deportivo aprovechó la oportunidad”.
La respuesta del equipo: un Zaragoza con carácter
Pese a la falta de efectividad, el técnico se mostró satisfecho con la actitud y la propuesta de sus jugadores. El Real Zaragoza no se rindió en ningún momento, mantuvo el control del balón y buscó el gol con insistencia hasta el pitido final. La recompensa, aunque tardía, llegó con un empate que, si bien deja al equipo con ganas de más, al menos evita una derrota que habría sido tremendamente injusta por el juego desplegado.
Contexto y perspectivas futuras
Fernández recordó que el conjunto ya venía acusando la falta de eficacia en encuentros anteriores, como contra el Albacete o el reciente compromiso copero. Estas circunstancias han impedido que el equipo refleje en la tabla el buen fútbol que está practicando. El entrenador es consciente de que, para competir en una categoría tan exigente, no basta con jugar bien; hay que ser certero en las áreas. “El fútbol es meter goles. Cuando no lo haces, da igual cuántas ocasiones generes, el resultado no será el que mereces”, insistió.
De cara al futuro, el entrenador confía en recuperar a efectivos clave para el ataque y en pulir detalles que permitan al Real Zaragoza traducir su dominio en victorias. La próxima jornada, ante el Ibarra, se perfila como una oportunidad para corregir el rumbo y demostrar que, con la puntería afinada, este equipo puede aspirar a mucho más.
En conclusión, el empate ante el Deportivo dejó un sabor amargo debido a la cantidad de ocasiones desperdiciadas. Sin embargo, la propuesta futbolística y la valentía mostradas sirven de cimiento sobre el que construir un Zaragoza más eficiente y contundente.