Después de años de incertidumbre y varios intentos fallidos, Aragón ha asegurado la llegada de una gigafactoría de baterías para vehículos eléctricos. El anuncio fue hecho oficial este martes por Stellantis y CATL, el mayor fabricante mundial de baterías LFP (litio-fosfato de hierro), que han firmado un acuerdo de inversión conjunta del 50%. La planta estará ubicada en Figueruelas, junto a la fábrica de ensamblaje de coches de Stellantis, y supondrá una inversión de 4.100 millones de euros, superando las estimaciones iniciales de 3.000 millones.
El presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, ha calificado esta noticia como histórica, y que anclará el futuro de la automoción en Aragón. Un sector, otrora fundamental en nuestra comunidad, aunque ahora siendo importante no lo sea tanto. Los evidentes problemas para la instauración del coche eléctrico, y las tensiones comerciales con China están provocando una crisis en este sector. Está previsto que a finales de 2026 esté operativa la fábrica. Ahora vendrá la agilización de los trámites administrativos a través de la Declaración de Interés Autonómico. Una vez en funcionamiento, la gigafactoría tendrá una capacidad de 50 GWh, lo que la posiciona por delante de proyectos similares en España como la primera fase. de Volkswagen en Sagunto (40 GWh) y Envision en Navalmoral de la Mata (30 GWh). Las baterías fabricadas aquí se usarán en modelos eléctricos de segmentos intermedios como turismos y SUV de marcas del grupo Stellantis, que incluyen nombres como Opel o Peugeot.
Según Azcón, el impacto en el empleo será muy importante, y que llegarán más inversiones derivadas de las plantas de energía renovable para abastecer a la factoría, que estima en casi mil millones más. Tambén crecerá el PIB aragonés y que supondrá » una revolución y una reconversión en el sector de la automoción».
El camino hacia este logro no ha sido fácil. Aragón perdió anteriormente oportunidades similares con Volkswagen y Tata Motors, que optaron por Sagunto e Inglaterra, respectivamente. Además, las tensiones comerciales entre Europa y China complicaron las negociaciones.
