Mediante el Real Decreto en el que se implementó el estado de alarma, el 14 de marzo, todas las actividades educativas y deportivas presenciales quedaban suspendidas. Desde entonces, la gran mayoría de entrenadores/as han comprendido que la actividad deportiva debía continuar de manera no presencial. Y para ello han tomado la iniciativa para seguir en contacto con sus deportistas utilizando diferentes herramientas de comunicación telefónica y a través de Internet. Desde entonces, han transcurrido dos semanas en las que:
- Muchos entrenadores/as están teniendo experiencias muy satisfactorias con sus deportistas, ayudándoles a que en sus propias casas puedan continuar realizando protocolos de actividad física relacionados con las características de su deporte, dirigidos al mantenimiento de la condición física, pero incluso también al trabajo de contenidos técnicos y tácticos. Y en esta novedosa etapa de “relación deportiva” han podido comprobar también cómo pueden ayudar a sus deportistas a adaptarse psicológicamente a las circunstancias del estado de “confinamiento”.
- Sin embargo, conforme pasan los días, algunos entrenadores/as empiezan a comprobar que es “complejo” mantener esta actividad deportiva no presencial, por el “desgaste” que supone la situación de confinamiento en casa; y porque, como en circunstancias normales, la actividad y educación deportiva requiere de una planificación con una perspectiva no sólo a corto plazo, sin también a medio plazo, al comprender que el escenario de la evolución del COVID-19 en nuestro país va a requerir de, al menos, varias semanas.
- También surgen circunstancias y dificultades que es preciso dar una respuesta adecuada, como p.ej.: la necesidad de tener en cuenta a las personas que conviven con el deportista en sus casas, y en particular a sus madres y padres; el aprendizaje del manejo adecuado de herramientas de videollamada para que todas las personas que estén conectadas hagan un uso técnico adecuado, pero también para comprender cómo debe de ser la comunicación interpersonal en una conexión online claramente diferente a un encuentro presencial.
- Pero, por otra parte, hay también entrenadores/as que no están teniendo la posibilidad de continuar la relación y actividad deportiva con sus deportistas por dificultades, desconocimiento o insuficiente experiencia con el “entrenamiento no presencial”. En consecuencia, un grupo importante de deportistas pueden estar careciendo en este momento del escenario de relación con sus compañeros y entrenador/a, y de los efectos potenciales tan positivos para su desarrollo físico y psicosocial.
Por todo ello, merece la pena que entrenadores/as y profesionales de las ciencias del deporte, seamos capaces de trabajar en equipo para:
- aprender de los aciertos y errores en esta primera etapa de práctica deportiva no presencial
- ayudar, a quienes lo necesiten, a poner en marcha o a mejorar su “método de entrenamiento no presencial”
- construir un modelo de planificación y de prevención en esta etapa deportiva no presencial, y de anticipación de la reincorporación a la práctica deportiva presencial.