Este fin de semana se cumple un mes desde que Gabi Fernández asumió el mando del Real Zaragoza. Un periodo breve, pero intenso, marcado por una reacción anímica y competitiva visible en el equipo. En la rueda de prensa previa al duelo ante el Levante, el técnico hizo balance: “Lo primero que quiero decir es que estoy orgulloso de estar aquí. De la ciudad, de la afición, del club, de los jugadores. Todos están poniendo de su parte para que podamos trabajar”.
Gabi ha logrado revitalizar un vestuario abatido, y su mensaje ha calado. “Los jugadores están dando la cara, compitiendo de la mejor manera en una situación muy difícil. Lo que siento a día de hoy es orgullo de poder estar aquí”, afirmó emocionado.
El técnico ha sido especialmente claro con respecto al papel del grupo: todos suman. “No puedo descartar a ningún jugador. Tienen que estar preparados para jugar cinco minutos o noventa. Esta salvación será cosa de todos”, señaló. En ese sentido, reconoció el buen rendimiento de los suplentes en los partidos recientes, asegurando que podrían producirse nuevos cambios en el once titular.
Una de las pruebas más visibles de esa unión llegó con el empate ante el Eibar, que Gabi valoró por el empuje colectivo. “El punto fue muy valioso por cómo se dio. Estuvimos por debajo, pero el equipo nunca se rindió. Sumamos uno más sobre el Eldense y seguimos dependiendo de nosotros mismos”.
También quiso destacar el compromiso del club. “Tuve la suerte de hablar con el presidente. Nos transmitió toda la confianza del mundo. Están orgullosos del equipo y quieren sumar. Ojalá lo podamos ver más por aquí”, dijo en referencia a la visita de Jorge Mas a La Romareda.