El ayuntamiento de Zaragoza ha decidido eliminar unos árboles silvestres en Valdespartera. Los operarios consultados alegan criterios técnicos, como que estos árboles impiden la visibilidad y dañan al pavimento, o de seguridad ciudadana.
Sin embargo, estas explicaciones no convencen a los vecinos que han decidido manifestar su oposición a esta tala.
Argumentan que si el motivo para arrancar estos árboles es que impiden la visibilidad, por la misma regla de tres, se tendría que eliminar una buena parte del arbolado urbano, que impide la visibilidad de calles y plazas a quienes habitan en los inmuebles colindantes.
El motivo tampoco puede ser, argumentan, que estén causando desperfectos al pavimento. Precisamente estos olmos, que están creciendo de manera silvestre y sin riego, se ven obligados a desarrollar sus raíces en profundidad para buscar agua, lo que causa muchísimas menos afecciones al pavimento que otro arbolado urbano plantado por el ser humano y provisto de riego, que desarrolla raíces más superficiales. Tal es así, señalan, que los cuatro olmos cuyas raíces han afectado al pavimento han levantado únicamente una o dos baldosas. En este punto, cabe preguntarse, dicen los vecinos, si esto motivo suficiente para talar no ya todos, sino ni siquiera estos cuatro olmos rebeldes.
El tercer motivo argumentado por el ayuntamiento para la tala de los olmos, la seguridad ciudadana, no lo terminan de entender. no vemos, dicen, ningún peligro para los viandantes en estos árboles. Es más, los olmos silvestres, por las raíces profundas que desarrollan, son mucho más resistentes a ser tumbados por vendavales que el arbolado urbano al uso con raíces más superficiales.
En este sentido, la propia Ordenanza Municipal de Protección del Arbolado Urbano del Ayuntamiento de Zaragoza deja muy claro el deber de mantenimiento (artículo 5) y de conservación (artículo 16) del arbolado por parte de los titulares del terreno donde crece el árbol. Si es terreno privado, el propietario; y si es terreno público, el organismo público titular del terreno.
Por todo ello, los vecinos rechazan la tala de los árboles y exigen a los responsables públicos que gestionan los asuntos en materia de arbolado que:
- Poden y no talen los olmos del paseo paralelo a la carretera de Teruel.
- Mantengan los cuatro olmos que han levantado una o dos baldosas, dado que los beneficios que aportan superan con creces los perjuicios.
- Incorporen de pleno derecho estos olmos espontáneos al inventario de árboles municipal.
- Incorporen al mismo inventario todos los árboles que crecen de manera espontánea en la ciudad y que no ocasionen ningún perjuicio ni desperfecto a los viandantes ni a la infraestructura urbana.
- Pongan en el centro de su acción el cuidado, la conservación, el mantenimiento y la ampliación del arbolado urbano, y utilicen solo como recurso último y cuando no haya más alternativas, la tala como forma de gestión.