La Navidad en Zaragoza ha sido un éxito rotundo según el balance que ha ofrecido hoy la alcaldesa, atrayendo a más de 600.000 turistas durante las festividades, lo que ha generado un impacto económico superior a los 75 millones de euros. Esta cifra representa un aumento del 15% en comparación con el año anterior y refleja el creciente interés tanto nacional como internacional por disfrutar de la oferta navideña de la ciudad.
La ocupación hotelera en Zaragoza alcanzó un 54,7%, con más de 259.000 pernoctaciones, mientras que las viviendas de uso turístico también registraron un 76,8% de ocupación. Además, las consultas en las oficinas de turismo aumentan un 42%, lo que refleja la gran acogida que tuvo la programación navideña, que atrae a visitantes de diferentes partes del mundo, siendo el 70% de ellos turistas que llegan por primera vez a la ciudad. Esta tendencia está vinculada al gran interés por participar en las numerosas actividades organizadas por el Ayuntamiento.
En cuanto a las principales actividades, la Cabalgata de Reyes destacó por su espectacularidad, congregando a unas 200.000 personas. Otros eventos, como la Muestra Navideña, el Belén de Judea o el Auditorio de Zaragoza Princesa Leonor, también batieron récords de asistencia. Por otro lado, el innovador espectáculo de luz y sonido «Luzir», celebrado en el Parque Grande José Antonio Labordeta, atrae a más de 84.000 personas, consolidando a Zaragoza como un referente en eventos de este tipo.
La iluminación navideña, que incluyó el gran corredor de luz con más de 1.300.000 euros de inversión, también fue uno de los grandes atractivos de la ciudad. Millas de ciudadanos disfrutaron del paseo lumínico que adornó importantes puntos de la ciudad, como el Puente de Piedra y la Gran Vía. Las actividades en los diferentes barrios y el apoyo al comercio local, a través de más de 150 eventos en zonas comerciales, contribuyeron al ambiente festivo y al impulso de las ventas en los negocios.
La programación navideña también se ensambla con una extensa oferta cultural, que incluye espectáculos de magia, teatro, conciertos y talleres en los centros cívicos de la ciudad, con una participación destacada de artistas locales. Esto no solo enriqueció la oferta cultural de Zaragoza, sino que también impulsó la economía local y permitió a los zaragozanos disfrutar de una Navidad única.