Zaragoza presenta su nueva planta de tratamiento de residuos orgánicos con una inversión de 13 millones de euros

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La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha inaugurado una nueva línea de tratamiento de residuos orgánicos en el Complejo de Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ). Este proyecto, que representa una inversión total de 13 millones de euros, se ha visto apoyado por dos subvenciones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que suman 4,6 millones de euros. La UTE Ebro, compuesta por Urbaser y Vertresa, ha asumido inicialmente el resto de la inversión, que será cubierta por el Ayuntamiento a través del canon anual hasta que finalice la concesión en 2031.

**Detalles del nuevo proceso de tratamiento de residuos**

La nueva planta se encargará de procesar los residuos orgánicos recogidos mediante los nuevos contenedores marrones instalados en la ciudad. El objetivo es obtener compost de alta calidad a partir de la basura orgánica, contribuyendo así a un modelo de economía circular. Durante la inauguración, Chueca destacó que esta línea es esencial para el proceso de recuperación de residuos que comenzó hace dos años. Además, subrayó que la generación de energía eléctrica y el compost resultante beneficiarán tanto a parques y jardines como a la agricultura.

La alcaldesa también agradeció a la UTE Ebro por su colaboración en este proyecto, resaltando la calidad de los proyectos presentados por Zaragoza a los Fondos Europeos. Según estimaciones, la nueva instalación permitirá reducir la emisión de 2.802 toneladas de CO2 equivalente, alineándose con los objetivos de Zaragoza para convertirse en una de las primeras Cien Ciudades Climáticamente Neutras de Europa para 2030.

**Impacto en la recogida de residuos**

Desde la implementación de los contenedores de orgánica, la recogida ha aumentado significativamente. En 2024 se recolectaron 534 toneladas, y entre enero y mayo de 2025 se han separado 2.134 toneladas de biorresiduos. Chueca confía en que la ciudadanía continuará integrando la separación de residuos orgánicos en sus hogares, similar a otros materiales como el vidrio y el papel.

El proyecto del CTRUZ incluye la construcción de una nueva nave-foso para la recepción de materia orgánica, que luego se someterá a un tratamiento previo antes de ser procesada en un digestor. Este digestor, dedicado exclusivamente a los restos orgánicos, generará gas metano para la producción de electricidad. Tras un proceso de 20 días, el material pasará por etapas de deshidratación e higienización antes de convertirse en compost de alta calidad, que se almacenará para su distribución.