La afición del Real Zaragoza no falló y se desplazó masivamente al estadio de Anduva para el duelo que enfrentó a los blanquillos ante el Club Deportivo Mirandés. Casi 1.000 personas estuvieron animando a su equipo a pesar de que el duelo tuvo lugar en miércoles y dieron un ejemplo de sentimiento zaragocista en una nueva salida del conjunto aragonés.
Ni el día ni el horario ni el frío fueron capaces de poner freno a una pasión que se transmitió desde la grada al terreno de juego desde antes del comienzo del choque. Las arengas no dejaron de sucederse durante los noventa minutos, y alcanzaron su máximo cuando James Igbekeme puso el cero a uno en el marcador.
Si todos los condicionantes mencionados anteriormente no detuvieron los ánimos de los seguidores del Real Zaragoza, tampoco lo iba a hacer el tanto de Matheus nada más arrancar la segunda mitad. La grada siguió rugiendo y alentando a los suyos, y se llevaron los aplausos de los jugadores al concluir el partido, así como el reconocimiento tanto de Víctor Fernández en sala de prensa, como de Íñigo Eguaras y Carlos Nieto en zona mixta.