Más de cinco horas ha durado la reunión entre Tebas y las Juntas de División con importantes temas en el orden del día.
En ella ha quedado claro que las competiciones -a pesar de algún club ha pedido que se anulara la temporada y que no hubiera ascensos y descensos y se decidiera por parte de la RFEF quenes participarían en competiciones europeas- se van a terminar. Una anulación, que tampoco es contemplada por la UEFA, que calcula una pérdida de miles de millones a nivel europeo por los derechos televisivos, es inviable para la patronal y para la inmensa mayoría de clubes de primera y segunda.
Ha quedado claro, también, que la opción más realista pasa por recomenzar las ligas a finales de junio o principios de julio, para terminar como tarde a primeros de agosto, siempre sin público.
Después se descansaría un par de semanas y daría comienzo, con un mes de retraso, la campaña 2020-21. Las ventanas de fichajes se deberían, también, fijar con precisión. Los fines de contrato y las prórrogas de cesiones se aplicarían automáticamente.
Aún así, las pérdidas estimadas para los clubes españoles rondaría el 20% del total de ingresos en especial por pérdida de taquillas, publicidad y patrocinios.
El próximo lunes, día 6 de abril, Tebas ha convocado otra Asamblea General en la que se tomarán decisiones vinculantes a la vista de la evolución de los aspectos sanitarios y tras las negociaciones que los clubes llevan a cabo con sus plantillas para acordar una reducción salarial o la aplicación de un ERTE.