¿Silencio? La decepción es la moneda de curso legal en la afición del Real Zaragoza tras comprobar que su club no va a hacer nada parsa salvaguardar la puerza de una competición en la que deberá afrontar el play-off sin su mejor artillero, sin su referencia ofensiva. Un jugador diferencial…
Lapetra lo dijo el pasado 31 de julio. Aseguró que «Queremos jugar, queremos ganarnos el ascenso en el ‘play off’, pero queremos hacerlo en igualdad de condiciones y con todas las garantías.
Exigimos la implicación de los organismos deportivos para que se adopten todas las medidas que sean necesarias para garantizar la integridad en la disputa de los ‘play off’. Todo lo que no sea garantizar que el Real Zaragoza pueda jugar con toda su plantilla disponible supondrá una adulteración de la misma y el Real Zaragoza, obviamente, adoptará las medidas que considere oportunas«.
¿Medidas? ¿Qué medidas? Es una bofetada al zaragocismo. Un ‘trágala‘. Un ‘tancredismo‘ intolerable.
Y más tras el último positivo detectado en el Almería, que provoca un caos insufrible en este play-off imposible. O se planta el club, o pasará a los anales como una propiedad pusilánime y sin valor.