Gobierno de Aragón y Forestalia colaboran en la investigación y conservación del águila perdicera en Aragón, mediante trabajos de identificación y seguimiento de esta especie. El grupo de energías renovables ha donado equipos de emisores a la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal.
En Aragón hay en torno a 25 parejas reproductoras conocidas de águila-azor perdicera (Hieraaetus fasciatus), catalogada en peligro de extinción en la Comunidad. Por tamaño es la tercera gran águila ibérica, después del águila real y la imperial, y su alimentación se basa en presas de mediano y pequeño tamaño que van desde conejos a pequeños roedores o reptiles, pasando por córvidos, palomas e incluso gaviotas y alguna que otra rapaz.
Como media, abarcan entre 7.000 y 10.000 hectáreas en su área principal de campeo, en la que permanecen la mayor parte del tiempo. No obstante, los datos del programa de seguimiento del Gobierno de Aragón muestran una gran variabilidad en el tamaño de los territorios, y movimientos dispersivos de largo recorrido no solo en ejemplares juveniles, algo habitual y bien conocido, sino también en adultos, que en ocasiones abandonan sus zonas de campeo habitual durante la época de descanso reproductor para regresar a ellas en la época de cría. La disponibilidad de recursos tróficos y, en definitiva, la calidad de los territorios puede ser la explicación de este comportamiento viajero de algunos ejemplares.
El Decreto autonómico 326/2011 estableció el régimen de protección del águila perdicera en Aragón, y aprobó su plan de recuperación. Se trata de una importante herramienta legal para la supervivencia de una especie que está sufriendo un generalizado retroceso poblacional en toda España.
El Gobierno de Aragón lleva dos décadas realizando un completo programa de seguimiento e investigación científica de la especie en todas las áreas de reproducción, mediante el marcaje de ejemplares adultos con emisores satélites y anillando pollos en nido.
La Administración autonómica también ha impulsado medidas de conservación como son la corrección de tendidos eléctricos peligrosos, en colaboración con empresas de distribución de energía; la vigilancia para evitar el uso de venenos o de prácticas ilegales de caza; o la colaboración con cotos cinegéticos para potenciar la disponibilidad de especies-presa como el conejo. También se realizan análisis veterinarios en puestas fracasadas por la posible existencia de agentes contaminantes.
Además de esta colaboración para la conservación del águila-azor perdicera, Forestalia implementa todas las medidas preventivas, correctoras y de vigilancia ambiental en sus instalaciones, para la adecuada protección de la avifauna.