Una de las piezas más significativas del Museo de Huesca, el Tiraz de Colls, ha sido cedida por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte con el objetivo de integrarse en la exposición «Guerreiros e Mártires. A Cristandade e o Islão na formação de Portugal», que se celebra en el Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa desde esta semana y hasta el próximo mes de febrero. El proyecto involucra a más de setenta instituciones (museos, bibliotecas, iglesias y colecciones privadas) de Portugal, España, Italia, Alemania, Marruecos y Reino Unido, y forma parte de las Celebraciones del Año Jubilar de los Mártires de Marruecos y Santo António, teniendo como socios la Diócesis de Coimbra, la Iglesia de Santa Cruz de Coimbra y el Museo Nacional Machado de Castro. El Tiraz de Colls Es una de las piezas más significativas de las que posee el Museo de Huesca puesto que permite conocer la riqueza que alcanzaron las artes suntuarias en Al-Andalus. Este singular fragmento textil era símbolo de soberanía y una prerrogativa del califa, quien podía otorgar, como gran distinción, el honor de vestir esta indumentaria de lujo. Elaborado en seda con la técnica del tafetán, con hilos de oro, cuenta con una banda central con decoración geométrica y figurada de inspiración oriental, remarcada por bandas epigráficas que recogen loas a Alá (basmala): “en el nombre de Dios, el Clemente y (el Misericordioso)”. Debe su buen estado de conservación a su uso posterior como envoltorio de una caja de reliquias (lipsanoteca) que se utilizó para la consagración del altar de la iglesia de Colls, en la Ribagorza. Los musulmanes fueron quienes introdujeron el arte de la seda en la Península, realizando tejidos profusamente decorados, de acuerdo con su sistema religioso, muy admirados y apreciados en los reinos cristianos. Son textiles que se caracterizan por su gran calidad técnica, tanto en los tintados como en el tejido y destacan por su ligereza, frente a los brocados pesados elaborados en los talleres cristianos.