La agencia de calificación crediticia Standard and Poor’s (S&P) confirma el rating de la Comunidad Autónoma de Aragón en la calificación BBB+ con perspectiva estable, que ratifica la solvencia de Aragón a la hora de hacer frente al pago de sus compromisos y refuerza su perfil de confianza ante los operadores del mercado financiero.
Este índice que elabora la agencia de calificación con los datos que obtiene, entre otros, de la propia comunidad, pero siguiendo una metodología propia, es una referencia obligada para los inversores, que les ayuda en su toma de decisiones.
S&P ha valorado de manera positiva el cierre del ejercicio presupuestario de 2020, en el que, según los datos provisionales que ha hecho públicos el Ministerio de Hacienda, Aragón terminó el ejercicio en superávit.
Es la primera ocasión desde la entrada en vigor de las leyes de estabilidad (año 2002) que Aragón liquida un ejercicio presupuestario con superávit y mejora notablemente los datos obtenidos el año 2019.
Fondos extraordinarios
Este comportamiento se produce en un escenario marcado por los efectos de la pandemia por Covid-19, al que se ha hecho frente gracias al apoyo directo que la Administración central ha prestado a las comunidades autónomas, a las que ha dotado de recursos extraordinarios, ya sea mediante los fondos Covid o a través de las entregas a cuenta, que sustentan el sistema de financiación autonómico, y a las que no se ha repercutido la caída del PIB. Este panorama ha favorecido no solo que las autonomías pudieran hacer frente a las necesidades que ha originado el Covid-19, sino que hayan podido reducir su déficit. De hecho, Aragón se encuadra en el paquete de nueve comunidades que han cerrado con superávit en 2020.
Prudencia en el gasto
Otra de las cuestiones que se han puesto de manifiesto en este periodo y que ha tenido en cuenta la agencia de calificación es la prudencia en la gestión del gasto de la administración pública, (creciendo por debajo del promedio nacional) que se ha conseguido pese al aumento de esfuerzo que ha requerido la atención sociosanitaria para hacer frente a las demandas de la pandemia. Se trata, en definitiva, del reflejo de la nueva cultura del gasto que aprobó el Gobierno de Aragón en marzo de 2020, antes de que se desataran los efectos de la crisis sanitaria y que demuestra una preocupación por las finanzas públicas y por la sostenibilidad de las mismas.
Pese al impacto que está sufriendo la economía nacional a causa de la pandemia, Aragón ha sido capaz de resistir con más firmeza, manteniendo un PIB per capita superior a la media nacional. La atracción de nuevos proyectos empresariales en los ámbitos de la digitalización –sobre los que van a girar buena parte los planes de recuperación europeos–, y del sector sanitario, unido a la amplia base de empresas dedicadas a la logística, la agroalimentación y la automoción, sitúan a Aragón en un escenario adecuado para afrontar los retos y las nuevas reformas que se exigen al tejido productivo. Un contexto que también ha de favorecer el relanzamiento de la actividad de la comunidad y la obtención de unos resultados que permitan mitigar los daños sufridos.
S&P llama la atención en su análisis sobre el previsible deterioro del resultado presupuestario de 2021 y 2022, ya que la tasa de referencia del déficit se ha situado en un 1,1% frente al 0,2 % que regía en 2020. No obstante, se espera que la recuperación económica que ha de venir vinculada al final de la crisis sanitaria permitirá un proceso de consolidación presupuestaria.
En este mismo sentido se han expresado, en los últimos días, los informes de BBVA Research e Ibercaja, previendo un crecimiento en Aragón por encima de la media española durante el presente ejercicio.