La Sociedad Deportiva Huesca se impuso con autoridad ante el Athletic Club en El Alcoraz, para abandonar de nuevo los puestos de descenso a la espera del choque del Real Valladolid (1-0). Un gol de Sandro Ramírez en la segunda parte, en la 36ª jornada de LaLiga Santander, hizo justicia a lo visto sobre el césped en una agónica y exitosa noche para el cuadro aragonés. Se trata no de un paso definitivo, pero sí de uno muy importante en la pelea por la salvación. A falta de solo dos partidos para el final de esta lucha, este Huesca está muy vivo.
La primera parte de los oscenses fue de altísimo nivel, una de las mejores del curso. Con hasta 12 remates en el primer periodo, al Huesca solo le faltó el gol. Rafa Mir y un Ferreiro muy activo dispusieron de las primeras oportunidades. Los locales se volcaron sobre todo por el costado derecho, y desde allí construyeron buena parte de las acciones de peligro. En el minuto 20, Vavro desde su propio campo sorprendió a Simón adelantado y su chut pegó en el larguero, evitando uno de los goles de la temporada. La posesión y el control del choque seguían aumentando para el lado altoaragonés y, salvo un remate de Íñigo Martínez que detuvo Álvaro en la media hora de juego, el empuje final fue claramente azulgrana. Simón le sacó un cabezazo a Mir y, con el tiempo cumplido, el murciano dispuso de la más clara: robó la cartera a Vesga en la frontal y, en el mano a mano con el meta, mandó alto el disparo.
La segunda parte no fue muy diferente, aunque las fuerzas se igualaron ligeramente. El Athletic buscaba una reacción que el Huesca no le permitía. Rico tuvo la primera con un remate desviado y Ferreiro rozó el gol con una rosca que lamió el palo izquierdo de Simón. Y, al fin, en el minuto 60, llegó el gol. Sandro se abrió hueco en el pico de área para sacarse un disparo seco que botó justo frente al portero, despistándole en la atajada. La tensión creció con el paso de los minutos, sabiendo todo lo que se jugaba la SD Huesca. Pacheta movió el banquillo con un triple cambio (Doumbia, Sergio Gómez y Escriche), para mantener el vigor en todo el campo. En los últimos 10 minutos, Álvaro Fernández tuvo que hacer un paradón a tiro potente y colocado de Unai López. El Huesca sufrió y sufrió, pero mereció la pena. Tres puntos que pueden ser de oro.