Marzo de 2022 es la fecha marcada en el calendario para la reapertura de la colegiata de Santa María la Mayor. Más de doce años después de su clausura debido a los problemas estructurales que presentaba el templo, las obras de rehabilitación se centran ahora en la estética del templo.
Un año después del inicio de la segunda fase del proyecto, el Ayuntamiento de Calatayud ha organizado una visita para conocer el avance de los trabajos a la que ha asistido el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández.
Los actuales trabajos, tal y como ha explicado el arquitecto director, Fernando Alegre, están enfocados en la parte más visible «para recuperar la belleza oculta». Con este fin se ha instalado un gran andamiaje que permite a los restauradores trabajar en las bóvedas de la iglesia, limpiando y pintando elementos. Al mismo tiempo que se recuperan estos elementos y formas se acomete el pintado de las bóvedas con el fin de recuperar el cromatismo original del edificio en el siglo XVIII.
«A partir del siglo XIX optaron por pintados más oscuros y el achicado de ventanas que tenían un origen renacentista. Con esta rehabilitación queremos conseguir el aspecto original de Santa María, con todo su esplendor», explica Fernando Alegre. La apertura de ventanas y la recuperación de colores claros (blancos, marfiles, rosados, dorados) generará una sensación de iluminación mucho mayor en el templo. Este será la principal diferencia con respecto que mostraba al colegiata en el momento de su clausura. En la actual fase también se actúa en el cosido de grietas que presentan las cúpulas para poner fin a su deterioro. Una vez colocadas las ‘costuras’ metálicas la zona se recubre con yesos.
Desde julio del pasado año, momento en el que la empresa Edinhor inició esta fase de las obras, se han reparado cubiertas, actuado en humedades y consolidado estructuras. «Ha sido una parte menos visible pero fundamental para garantizar el futuro del edificio», asegura el arquitecto. Técnicos arqueólogos trabajan de forma simultánea en el estudio de materiales cerámicos, posiblemente restos de una antigua mezquita, que han sido rescatados en catas arqueológicas realizadas al inicio, con el fin de documentarlos y datarlos adecuadamente.
«Es muy satisfactorio poder anunciar la apertura de Santa María para el primer trimestre de 2022 para que bilbilitanos y visitantes puedan disfrutar de la joya de nuestro patrimonio monumental. En el Ayuntamiento ya estamos pensando en los siguientes pasos y nos apoyaremos en la colaboración interadministrativa para continuar con intervenciones en el retablo, el coro y los interiores de las capillas», destaca el alcalde, José Manuel Aranda.
El obispo de Tarazona, Eusebio Hernández, ha felicitado a los trabajadores y se ha sentido «ilusionado al comprobar el progreso de esta rehabilitación, que nos va a permitir la tan esperada apertura de Santa María, una pieza clave del amplísimo y rico patrimonio artístico de la diócesis».
Financiación
El importe de las actuales obras se sitúa en 2.306.643 euros. Esta financiación procede del Ministerio de Fomento (1.697.000 euros) y del Ayuntamiento de Calatayud, que aporta 608.842 euros, a lo que se suma 120.000 euros de la dirección facultativa de la obra, 92.674€ correspondientes a la exención del 85% de las licencias y 59.400 euros de la redacción del proyecto.
Asimismo, esta fase es consecución de inversiones anteriores, como la restauración de la cúpula de la colegiata en 2018 con 258.170 euros, o la actuación en la sacristía y el ábside, con una inversión de 431.696 euros. La apuesta del Ministerio de Fomento por este proyecto tiene su origen en 2016, con la firma de un protocolo general entre el subsecretario del Ministerio de Fomento, Mario Garcés, el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández, y el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda.