Más de 450 personas –alumnos, madres y padres, personal docentes y vecinos- se han reunido esta mañana a las puertas del colegio de Paniza para reclamar el inicio de unas obras “urgentes” que garanticen la “salubridad y seguridad del centro”. Así lo ha descrito el alcalde del municipio José Manuel Cebrián.
Los técnicos y arquitectos, cuenta, “desaconsejaron el uso de los espacios afectados para dar clase”. 45 alumnos y alumnas de Paniza y Aladrén no podrán, por tanto, comenzar las clases como ya lo han hecho los colegios aragoneses.
A pesar de que el presupuesto ha pasado a la Intervención y está aprobado, el dinero no ha llegado, dejando las obras en el aire. El Ayuntamiento del municipio reconoce tener “planes alternativos”, aunque insiste en que la competencia recae sobre “el Servicio Provincial de Educación”. “Llevamos demasiados años con este tema”, lamentaba el primer edil.
Este año decidieron endurecer la reivindicación, emprendiendo una campaña en redes sociales que aprovechaba la cuenta atrás para el comienzo del curso escolar. La iniciativa, emprendida por los padres y madres del alumnado, pretendía mostrar a la ciudadanía el estado del centro. “No tenemos colegio físico”, cuenta María Julián, miembro del AMPA. “El año pasado reubicamos a los chicos y chicas de 4º, 5º y 6º de primaria en una sala de la Casa de Cultura cedida por el Ayuntamiento”, recuerda y reitera la decisión de la Dirección de no comenzar el año colectivo hasta que llegue una solución: “¿A qué niños dejamos fuera del colegio?”.
El curso 2021-22 comenzó ayer en Aragón. Mientras, Paniza continúa a la espera de poder disfrutar de un colegio nuevo que cumpla con la salubridad, seguridad y dignidad que merece la Escuela Rural.