Raúl Sanllehí, director general del Real Zaragoza, ha comparecido en rueda de prensa tras acompañar a Víctor Fernández en su presentación como nuevo entrenador del conjunto blanquillo. En ella, ha tomado la palabra en primer lugar para expresar el sentir de la propiedad tras estos momentos complicados que se viven en el club: «Tengo sentimientos agridulces. Agrios porque está siendo una temporada especialmente difícil, incluso un poco cruel, y la muestra de ello es que una temporada en la que destituyes a dos cuerpos técnicos es señal de que no va bien. También hay una parte dulce, que lo defino en un nombre y apellido como es Víctor Fernández. Fue un proceso desde dentro del club, obviamente dirigido desde la dirección deportiva, y nos puso un solo nombre: Víctor Fernández. Lo comenté con la propiedad y la discusión no llegó, fue una decisión unánime, entendemos que es la persona adecuada por su bagaje para levantar al equipo y porque su personalidad puede ayudar mucho al equipo a quitarle un poco de presión. Él no tiene por qué estar aquí, solo está por su zaragocismo”.
Además, también ha rescatado uno de los momentos vividos esta mañana en la primera sesión de Víctor Fernández al frente del grupo donde el técnico se ha mostrado visiblemente emocionado, lo que ha provocado posteriormente que el míster haya tenido que salir hasta dos veces de la sala de prensa para tomar aire: «Me vas a permitir una pequeña indiscreción. Hoy se ha emocionado en el vestuario como si fuera un novato, hoy cuando se ha dirigido a su equipo era realmente emocionante, cómo se ha emocionado al hablar…. Es una señal de que estamos en el camino adecuado”.
Eso sí, entre la emoción y las lágrimas, acecha un fracaso que es el contar ya con el tercer entrenador del curso 2023-2024. Al ser preguntado por ello, el director general aplazaba esta valoración al finalizar la temporada: «Cuando tienes tres entrenadores en una misma temporada, es una mala señal. El fracaso lo veremos al final de la temporada, pero es obvio que la temporada no va bien. No es para nada un bagaje que nos haga pensar que la cosa va bien pero el ejemplo definitivo son los tres entrenadores”.