No hay como estar en casa para recuperarse. Es lo que sienten los equipos de Casademont Zaragoza cuando juegan en el Príncipe Felipe al calor de la Marea Roja y es la diferencia para poder lograr los objetivos en competiciones con tanta igualdad. Tras las dos últimas derrotas, el equipo se encontró con el Felipe volcado, con más ganas de empujar y de sumar que nunca y eso despejó dudas y quitó miedo y presión.
Juntas, jugadoras y afición fueron un rodillo para un Cadí muy voluntarioso, enérgico y acertado que, a pesar de sus muchas virtudes, encajó 28 puntos en el primer cuarto.
En el segundo periodo, las de Carlos Cantero siguieron amplificando todas su virtudes. Más duras en defensa, más verticales en ataque, en definitiva, con mentalidad y confianza para romper el partido. Al descanso, 50-29.
El paso por vestuarios sirvió para realizar algunos ajustes y reforzar la convicción con la que se habían disputado los primeros 20 minutos. Nadie quería que La Seu volviera a entrar en partido, y Casademont lo dejó claro finiquitando un encuentro cuyo último periodo ya tuvo sabor a Copa de la Reina.
CASADEMONT ZARAGOZA 101
Ortíz (12), Atkinson (10), Fiebich (12), Gimeno (10), Diallo (7) -Cinco inicial- Holesinska (15), Pointer (10), Gulbe (5), Urdiain (0), Hermosa (8), Geldof (4), Gervasini (8).
CADÍ LA SEU 62
Palma (0), Soler (12) Remenarova (11), Rivers (8), Lahtinen (0) -Cinco inicial- Ramete (0), Contell (9), Ribes (0), Brown (16), Campisano (6).