La situación del Real Zaragoza, descrita en Café con Goles por Adrián Oiz, Míchel Suñén y el Dr. Cardiel, refleja una preocupante falta de rumbo en el equipo. El diagnóstico es claro: el equipo no tiene identidad ni confianza. Se ha perdido lo poco que funcionaba, y lo que estaba roto sigue igual o peor.
El problema más grave no es solo la racha de resultados, sino la sensación de desconcierto. Suñén lo señala con precisión: no sabemos a qué juega este Zaragoza. En el inicio de temporada había un plan, discutible pero visible. Ahora, entre cambios constantes y ajustes tácticos improvisados, el equipo ha perdido su esencia. Los jugadores, como Liso o Azón, parecen desorientados y lejos de su mejor versión. Y cuando todo el plantel está por debajo de su nivel, no es solo un problema individual; es estructural.
Por su parte, el Dr. Cardiel pone el dedo en la llaga al analizar la plantilla: demasiados futbolistas están en un estado lamentable. La defensa es un coladero, el mediocampo no encuentra equilibrio, y en ataque se depende nuevamente de Azón, un talento joven pero incapaz de cargar con todo el peso ofensivo. ¿Qué aporta el banquillo? Según Cardiel, muy poco. Víctor Fernández parece resignado, pero no se puede culpar solo al entrenador. La dirección deportiva también ha fallado al confeccionar un equipo lleno de parches.
El diagnóstico es duro, pero todavía hay tiempo para cambiar. Como apunta Oiz, la solución no puede esperar a marzo. Mejorar en casa es vital, y recuperar la confianza es imprescindible. Pero si no se encuentra un esquema claro y un liderazgo firme, esta temporada corre el riesgo de ser otro déjà vu de frustración zaragocista.