El empate in extremis frente al Granada dejó un sabor agridulce en el Real Zaragoza. Si bien el punto sumado en Los Cármenes puede considerarse un alivio, las declaraciones posteriores al partido reflejan la creciente tensión dentro del vestuario. Miguel Ángel Ramírez, entrenador del conjunto maño, y Francho Serrano, uno de los pilares del equipo, coincidieron en el diagnóstico: el equipo no está a la altura de las expectativas y debe reaccionar de inmediato.
Ramírez: «Este punto no nos vale»
Lejos de mostrarse satisfecho con la remontada en los minutos finales, Miguel Ángel Ramírez dejó claro que el empate no era el resultado esperado. «No es alegrón, no nos valía el punto, queríamos ganar», afirmó con firmeza el técnico zaragocista. Ramírez insistió en que el equipo comenzó el partido con la actitud correcta, dominando el juego y mostrando un enfoque ofensivo, pero que, una vez más, los errores puntuales y la falta de contundencia penalizaron gravemente al equipo.
El entrenador también hizo autocrítica sobre su papel y el del cuerpo técnico: «Nuestra misión es potenciar a cada jugador, pero la responsabilidad es de todos. Tenemos que exigirnos mucho más y ser conscientes de lo que representamos». Sus palabras evidencian que dentro del vestuario hay una creciente preocupación por el rendimiento y la falta de consistencia.
Además, Ramírez dejó un mensaje claro de cara al futuro inmediato: «Seis de seis en casa. No nos vale otra cosa». Con dos partidos consecutivos en La Romareda, el técnico no quiere excusas: hay que ganar para alejarse del peligro.
Francho Serrano: «Hemos empatado con coraje, no con fútbol»
Por su parte, Francho Serrano ofreció una visión cruda de la situación. El centrocampista reconoció que el punto conseguido fue más fruto de la garra que del buen juego: «Hemos sacado un punto a base de coraje y corazón, no a base de fútbol. Estábamos desordenados, mal».
El jugador zaragocista subrayó la necesidad de que cada futbolista recupere su mejor versión: «Tenemos que reencontrarnos individualmente para que el equipo vuelva a funcionar». Además, se mostró agradecido con la afición, que sigue apoyando al equipo en este momento difícil, y pidió paciencia y confianza.
Con la vista puesta en los próximos encuentros en La Romareda, el mensaje de Serrano es claro: «Seis de seis, no cabe otra realidad. Debemos darle la vuelta a esto ya».
Las declaraciones de Ramírez y Serrano reflejan un equipo frustrado, pero también consciente de su realidad. La autocrítica es evidente y la presión sobre los jugadores es máxima. Con el Zaragoza en una situación delicada, los próximos dos partidos en casa serán decisivos. El tiempo de las palabras ha terminado: ahora, solo valen los resultados.