Desde el 1 de enero de este año, Aragón ha registrado 31 casos de intoxicación alimentaria. Estas intoxicaciones se deben al consumo de comidas o bebidas contaminadas por microorganismos como bacterias, virus, toxinas o sustancias tóxicas. Salud Pública de Aragón insta a extremar las precauciones durante el verano y desechar los alimentos en caso de duda.
Nuria Gayán, directora general de Salud Pública del Gobierno aragonés, explica que los alimentos pueden contaminarse por tres razones principales: mantenimiento a temperaturas inadecuadas, falta de higiene y contaminación cruzada. Estas causas son evitables con las medidas adecuadas.
Cuidado con el Calor
Es crucial mantener la cadena de frío de los alimentos que lo requieren. Hay que considerar esto al hacer las compras y en la conservación en el hogar. No conviene cocinar los alimentos con mucha antelación. Si se hace, deben conservarse en frío en la nevera, protegidos en recipientes adecuados. Se recomienda recalentar solo las porciones a consumir, dejando el resto en la nevera para evitar riesgos.
Las comidas preparadas y las sobras deben guardarse rápidamente en la nevera y consumirse lo antes posible. Respecto a los platos precocinados, se debe leer bien el etiquetado, que indica las instrucciones de conservación y preparación. Por ejemplo, no llevar tortillas de patata precocinadas para comerlas en frío si el etiquetado especifica que deben calentarse antes de consumirlas. Además, es importante conservar productos como sándwiches de máquinas expendedoras a la temperatura adecuada, a veces más baja de lo habitual en los frigoríficos domésticos.
Contaminación Cruzada
Para evitar la contaminación cruzada, los alimentos cocinados no deben entrar en contacto con alimentos crudos ni con utensilios usados previamente con alimentos crudos. Es esencial lavarse las manos después de tocar carne o pescado crudo. No se debe reutilizar sin lavar platos, utensilios ni cubiertos que hayan tenido contacto con carnes, pescado o huevos crudos.
Higiene al Manipular Alimentos
Mantener normas de higiene es fundamental. Las personas que manipulan alimentos pueden portar gérmenes y transmitirlos a la comida. Es necesario lavarse las manos con frecuencia y siempre antes de cocinar o limpiar, evitando toser o estornudar sobre los alimentos. En caso de enfermedad gastrointestinal, no se debe manipular alimentos y se debe extremar la higiene.
También es importante proteger los alimentos de animales o insectos que pueden ser portadores de microorganismos patógenos. Se deben lavar frutas y verduras si se van a consumir crudas.
En caso de gastroenteritis, si se sospecha que un alimento es la causa, se debe dejar de consumirlo inmediatamente. Sin embargo, no se deben tirar todos los restos para permitir su análisis en el laboratorio de Salud Pública.
