“Lo que pasa en las vegas se queda en las vegas.”
Ojalá esta máxima sirviera también para el congreso de los diputados, pero por desgracia las malas decisiones que toman los socialistas en Madrid, afecta a toda España.
El miércoles se vivió una intensa votación, no tanto por el contenido de lo que se votaba sino por el precio que se pagaba por que salieran adelante.
Los independentistas ganan, el resto de España pierde. Lo que pasa en Madrid, no se queda en Madrid. Las consecuencias llegan también hasta Aragón, bien lo sabe el presidente de la comunidad que lleva meses solicitando una Conferencia de presidentes, para poder sentarse todos los gobernantes de las comunidades autónomas con Sánchez, para poder explicarle precisamente eso. Que en sus negocios (bochornosos negocios) va detrás toda España.
Este viernes, Azcón ha remitido por segunda vez una carta a Sánchez, reiterando su petición de que convoque la Conferencia de Presidentes, como dispone el artículo 4.1 del reglamento que regula este órgano, según el cual «se reunirá, al menos, dos veces al año».
Pero claro, a los socialistas, eso del reglamento les suena a chino.
La primera petición se trasladó con fecha de 13 de noviembre de 2023. Además, Azcón rubricó el 24 de noviembre otra carta de forma conjunta con otros diez mandatarios autonómicos y los dos presidentes de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Pero nada. Sánchez solo tiene ojos – y oídos- para los catalanes.
En la última solicitud, Azcón, persistente, pide incluir un tema más en el orden del día de la reunión : «además de lo ya expresado en las solicitudes anteriores, el debate sobre el alcance y los efectos de los Decretos leyes convalidados por el Congreso de los Diputados en fecha 10 de enero de 2024, así como de los acuerdos alcanzados en esa misma fecha con la formación política Junts per Catalunya, los cuales, según las informaciones publicadas, benefician exclusivamente a la comunidad autónoma de Cataluña en detrimento del resto de los españoles».
Azcón quiere sentar a Sánchez, cantarle las 40 (como decimos en Aragón) y llamarle al orden junto con sus compañeros populares que gobiernan otras comunidades autónomas.
De momento, España es una democracia, y Pedro Sánchez no es el todopoderoso, Dios hay uno, y su nombre no es Pedro. La fuerza de los dirigentes autonómicos debería hacer reaccionar al socialista, o por lo menos a los barones que aún siguen teniendo dos dedos de frente, y los pies en la tierra. Una tierra que se llama España y está temblando.
Lo que pasa en Madrid, no se queda en Madrid. Los damnificados somos todos.