Es cosa de raza, y de casta. Julián Delmás no se resigna a dejar pasar la oportunidad de poder ayudar a su equipo desde el lateral derecho ante el Alcorcón.
El de Monegrillo, que sufrió este martes un severo esguince de tobillo en la sesión preparatoria, trabaja a contra reloj con los fisios y recuperadores del equipo para poderse poner a las órdenes de Víctor en este trascendental encuentro en el que Carlos Vigaray faltará -eso es seguro- como consecuencia de una microrrotura de fibras en los isquios de su pierna izquierda.
Mientras el zaragocismo y la prensa especializada se hace de cruces buscando relevos, Delmás no entrega la cuchara. Quiere jugar y si queda el más mínimo resquicio para ello, lo hará.
Cuestión de genes zaragocistas.