El Real Zaragoza presentaba una principal novedad en el once y se trataba de su primer fichaje en el mercado de invierno. Edgar Badía partía como titular después de llegar al conjunto blanquillo hace una semana en una clara declaración de intenciones del papel tan protagonista que le espera al guardameta cedido por el Elche CF.
Fue llegar, y besar el santo, ya que el Real Zaragoza tiene mucho que agradecer a Edgar Badia en el último empate frente al CD Eldense. A pesar de que en el gol de los de Estévez no pudo hacer nada, en un remate de Soberon mal defendido por Lecoeuche, que perdía su marca, en el resto de acciones se erigió como auténtico salvador de los de Velázquez.
Lo hizo en un remate al segundo palo en el que demostraba sus dotes bajo palos para llegar y despejar el balón a córner. También en un envío lateral, al que respondía sacando el pie con un gran acierto para solventar el peligro.
Pero, sin duda, la gran acción de Edgar Badia llegó en un lanzamiento de esquina que Marc Mateu realizaba buscando el gol olímpico. El guardameta catalán la rozaba con los dedos para que el esférico no se colase en la portería, en un momento donde el 2-1 se veía más cerca que nunca. A pesar de que no empieza con una portería a cero, se podría decir que Edgar Badia ha caído de pie en un Real Zaragoza que necesitaba un guardameta de garantías como él.