El plan para la mejora de la seguridad de los medicamentos ha eliminado 14.920 prescripciones de fármacos desde 2016 a 2020. Estas actuaciones, enmarcadas en la Estrategia de Uso Racional del Medicamento, están orientadas a mejorar la farmacoterapia que reciben los pacientes mediante la correcta indicación y selección de los tratamientos en las patologías más prevalentes, incidiendo en la seguridad asociada al uso de los mismos.
Es decir, se revisa el uso de medicamentos con alto riesgo para determinadas poblaciones -mayores de 75 años o con otras enfermedades que puedan condicionar su uso- para determinar cuáles pueden considerarse “inapropiados” en los casos individuales. Alrededor de 139.000 personas en Aragón tienen más de esa edad y están recibiendo tratamiento farmacoterápico.
Para su desarrollo se dispone de un sistema de información que permite la detección de los pacientes afectados y la monitorización de las intervenciones. De este modo, se revisan las historias incidiendo en aquellos fármacos no adecuados a la situación clínica del paciente, gracias a la implicación de los médicos y farmacéuticos de Atención Primaria, que valoran la posibilidad de suspender tratamientos o cambiarlos.
Pacientes objetivo
El plan tiene como objetivo fundamentalmente los pacientes mayores de 75 años que estén en tratamiento con medicamentos potencialmente inapropiados, con riesgo anticolinérgico elevado (pueden causar caídas, delirium y deterioro cognitivo en ancianos) o opioides potentes en dolor crónico no oncológico.
En la población general, el plan se dirige específicamente a los pacientes con alto riesgo cardiovascular y tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, ibuprofeno); pacientes en tratamiento combinado varios fármacos para la hipertensión; o con duplicidades en la prescripción de inhaladores de acción prolongada.
Gracias a este programa, desde 2016 se ha producido una reducción importante en el número de pacientes expuestos a problemas de seguridad relacionados con los medicamentos, con descensos que, dependiendo de la tipología del paciente, oscilan entre el 5% y el 46% de pacientes que presentaban una indicación inapropiada.