Este martes, 14 de junio, se cumplen catorce años de la celebración de la Exposición Internacional del año 2008, un evento que transformó la ciudad de Zaragoza y que ha revolucionado un área en la que hoy trabajan o realizan gestiones casi 5.000 personas cada día. La reconversión del recinto -gestionado por la sociedad pública Expo Zaragoza Empresarial- recibía un nuevo impulso hace tan solo una semana, cuando el jurado designado para ello, eligió el proyecto ganador del concurso de ideas para transformar dos de los edificios Ebro (conocidos como “cacahuetes”) en 275 alojamientos de alquiler para jóvenes.
En ese mismo entorno, la reconversión de edificios construidos para la muestra internacional ha dejado un parque empresarial adaptado ya al 100% y ocupado casi en su totalidad. En este espacio -que en 2008 se destinó a los países participantes en la Expo- trabajan hoy 4.000 personas en casi 70 empresas, en su mayoría, privadas.
Por su parte, la zona que se destinó a las Comunidad Autónomas españolas alberga la Ciudad de la Justicia, dos edificios -Fueros de Aragón y Vidal de Canellas- que consiguieron reagrupar y organizar en el año 2013 a todos los Juzgados que se encontraban dispersos por la ciudad. Por estas modernas instalaciones transitan al día otras 1.000 personas, que cuentan con zonas de restauración o servicios a empresas, además de disfrutar de un entorno ejemplo de sostenibilidad.
Fuera de la avenida 2008, el llamado “Cubo de la Expo” –edificio que acogió al centro de prensa durante la muestra- también está ocupado. Y el Pabellón Puente -otra de las obras emblemáticas del Zentro Expo- está a punto de terminar su acondicionamiento integral tras una inversión de casi cuatro millones de euros por parte de Expo Zaragoza Empresarial para acoger el proyecto “Mobility City”. En esta última iniciativa, el Gobierno de Aragón trabaja en colaboración con Fundación Ibercaja que será la encargada, una vez concluidas las obras, de completar el espacio expositivo.
La Torre del Agua, otro de los edificios catalogado como BIC en este entorno, ha recuperado este mes su agenda de visitas tras el cierre que provocó la pandemia. Y el Palacio de Congresos también funciona con normalidad, convertido en uno de los epicentros culturales de la capital aragonesa.
Toda esta gran transformación arroja unos datos de ocupación del espacio de más del 93,2% de la superficie del área comercializable, que se extiende por más de 133.000 metros cuadrados.