El Zaragoza CFF volvió a sonreír este domingo en el Centro Deportivo Municipal de Mudéjar con una victoria trabajada y merecida ante el Real Avilés por 2-0. Tras varios partidos en los que el juego había sido prometedor pero sin premio, el equipo aragonés logró por fin convertir buenas sensaciones en puntos, dando un paso importante hacia la tranquilidad en el tramo final del campeonato.
El choque comenzó de forma inmejorable para las locales. Apenas se había cumplido el minuto 6 cuando un claro penalti por mano en el área del Avilés fue transformado con seguridad por Andrea López, abriendo el marcador. El tanto reforzó la confianza de las zaragozanas, que siguieron buscando el segundo con buen trato de balón y llegadas constantes. Andrea volvió a marcar poco después, aunque su gol fue anulado por fuera de juego. Sara Balma también generó peligro con sus lanzamientos a balón parado, pero el marcador no se movió antes del descanso.
La segunda mitad arrancó con una nueva intentona de Ainhoa, muy activa durante todo el encuentro. Sin embargo, el guion del partido se vio alterado con la expulsión de Sofía en el minuto 60, lo que obligó a las locales a afrontar la última media hora en inferioridad numérica. Lejos de venirse abajo, el Zaragoza CFF respondió con orden y ambición, manteniendo su plan de juego y resistiendo con firmeza los intentos del Avilés.
El premio llegó en el minuto 71, cuando Ainhoa cabeceó a la red un centro medido tras una falta ejecutada por Balma. El 2-0 dio respiro al conjunto aragonés, que incluso estuvo cerca de ampliar la ventaja en el tiempo añadido.
El Avilés también acabaría con diez jugadoras tras la expulsión de Turi, equilibrando fuerzas en los minutos finales. Con esta victoria, las zaragozanas suman tres puntos vitales y afrontan las últimas jornadas con más confianza y margen para cumplir sus objetivos.
Un triunfo que reconoce el esfuerzo de semanas de trabajo constante y que devuelve al equipo la tranquilidad necesaria para seguir creciendo en esta recta final de temporada.