Fallece Manolo Villanova, leyenda zaragocista y símbolo del fútbol aragonés

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El fútbol aragonés está de luto. Este lunes se ha confirmado el fallecimiento de Manolo Villanova, una de las figuras más queridas, respetadas y polifacéticas en la historia del Real Zaragoza. Jugador, entrenador, formador y directivo, Villanova dedicó su vida al deporte rey con una pasión y una entrega inquebrantables. Tenía 83 años.

Nacido en Zaragoza el 27 de agosto de 1942, Manuel Villanova Rebollar fue ante todo un zaragocista de corazón, pero su trayectoria profesional trascendió ampliamente los límites de La Romareda. Como portero, inició su carrera en el CD Logroñés, y tras pasar por el Deportivo Aragón, firmó por clubes como el Gimnàstic de Tarragona, RCD Mallorca y Real Betis. Desde Sevilla dio el salto definitivo a su “casa”, el Real Zaragoza, donde jugó entre 1971 y 1975, y donde empezó a forjar una relación profunda y duradera con la entidad.

Tras colgar los guantes, Manolo Villanova dio paso a una prolífica carrera como entrenador, que abarcó desde el primer equipo del Real Zaragoza en varias etapas hasta clubes como el Salamanca, el Hércules, el Recreativo de Huelva y nuevamente el RCD Mallorca, donde dejó una grata impresión por su estilo directo y honesto.

Dentro del fútbol aragonés también marcó una huella imborrable, entrenando a la SD Huesca y al Sariñena, entre otros. Sin embargo, su verdadera vocación fue la formación, y su lugar más natural, la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza, donde durante años fue el arquitecto silencioso de generaciones de futbolistas, transmitiendo valores, conocimiento y cariño por el escudo.

Durante las décadas de los 80, 90 y 2000, fue habitual verlo en los banquillos del Deportivo Aragón, en los despachos como miembro de la Dirección Deportiva, o sobre el césped corrigiendo a jóvenes porteros. Siempre desde un segundo plano, siempre con el respeto de todos. Su aportación fue clave en la formación de jugadores que luego darían grandes tardes en La Romareda.

Villanova dirigió al primer equipo del Real Zaragoza de forma interina en 1978, 1981 y 2008, esta última etapa especialmente recordada por tomar el mando en un momento muy delicado, cumpliendo con profesionalidad y humildad una vez más.

La presente temporada 2025/26 tuvo un momento especial para él. El club le rindió homenaje con motivo del partido ante el FC Andorra, entregando a su familia la Insignia de Oro del Real Zaragoza, el mayor reconocimiento institucional del club. El aplauso unánime del estadio fue el reflejo del cariño y admiración de toda una afición hacia una persona que representaba los mejores valores del zaragocismo.

En palabras del club: “Hoy, el Real Zaragoza despide a un referente, a un maestro y a un zaragocista ejemplar. Su trabajo incansable en la formación, su caballerosidad en la victoria y en la derrota, y su amor incondicional por estos colores quedan grabados a fuego en la memoria de la afición”.

Descanse en paz, Manolo Villanova. Tu legado va más allá de los títulos o estadísticas. Fuiste historia viva del Zaragoza, y tu recuerdo vivirá para siempre entre quienes te vieron defender, formar y amar este escudo.