Tenía que ser Iván Azón. Tenía que ser el joven atacante y canterano del Real Zaragoza el que determinase el espectacular final que se iba a vivir este domingo en El Molinón. Cuando parecía que todo estaba abocado al empate tras el gol de Djuka para el Real Sporting de Gijón en el descuento, hubo un jugador sobre el terreno de juego que no perdió en ningún momento la esperanza: Iván Azón.
El delantero convirtió un despeje de la zaga zaragocista en una oportunidad de oro para volver a poner por delante al Real Zaragoza y así sucedió. Primero, anticipándose a la disputa al central del conjunto asturiano y, después, regateando a Diego Mariño para marcar el segundo tanto del conjunto blanquillo a portería vacía.
Un gol que, de momento, significa marcar una distancia de diez puntos con el descenso a expensas de lo que ocurra en el partido de la SD Amorebieta frente al Real Valladolid. Aún así, hoy el Real Zaragoza tiene un héroe ante el que rendirse: Iván Azón.