Carlos Arrazola, presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (Organismo autónomo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), ha abierto el Pleno de la Comisión de Desembalse.
En la reunión se ha puesto en conocimiento de los usuarios de la Cuenca la decisión para la gestión del agua en la campaña 2024, para la cual se han tenido en cuenta las deliberaciones y acuerdos de las 18 Juntas de Explotación que se han celebrado el mes de marzo, y las comisiones de desembalse extraordinarias celebradas recientemente.
Carlos Arrazola ha expuesto que “este año la situación ha mejorado. El año pasado había un 55% de reservas y este año un 74%, que coincide con la media de los últimos cinco años”.
“La situación es mejor, pero todavía se está recuperando la unidad territorial del Segre y tenemos carencias en la margen derecha de la cuenca que preocupan cada vez más”. Recordando que, según los últimos indicadores de sequía y escasez, están en situación precaria las unidades territoriales de los ríos Huerva, Aguas Vivas y Guadalope”.
Arrazola también ha recordado que en la sequía que vivió la cuenca en el año hidrológico 2022-2023 se vivieron situaciones muy complicadas e insólitas, como la escasez acontecida en la parte del Bajo Ebro.
A punto de concluirse en Informe Post Sequía 2023 que se presentará en la Comisión Permanente de la Sequía próximamente, el presidente ha adelantado alguna conclusión: como la responsabilidad que han tenido en la gestión los usuarios y la necesaria colaboración con el organismo de cuenca para que la situación se resolviera satisfactoriamente.
Así como que “ha salido reforzado el concepto de unidad de cuenca. Desde los servicios de Explotación se hizo un esfuerzo importante para mantener los caudales ecológicos y las garantías de seguridad adecuadas hasta la medida en que fue posible, y la situación en este aspecto se resolvió bastante bien aprovechando las reservas de las sub cuencas en mejor situación”.