Los voluntarios/as del Ayuntamiento de Zaragoza, que colaboran en todo tipo de actividades, cuentan desde este mes de septiembre, y por primera vez, con una formación especializada para mejorar sus habilidades y profesionalizar su trabajo al servicio de la ciudad.
En colaboración con la Fundación de la Escuela de negocios CESTE, el Consistorio impartirá 24 cursos de doce temáticas diferentes, con un total de 516 plazas. La formación al Cuerpo de Voluntariado por Zaragoza, integrado por cerca de 4.000 personas – unos 400 activos-, fue un compromiso adquirido por el área de Participación y Relación con los Ciudadanos para este año, que cuenta con una partida de 14.320 euros.
Los contenidos, que se imparten desde septiembre a noviembre, se han elegido teniendo en cuenta las labores que desempeña los voluntarios. Estos colaboran en actos institucionales, eventos deportivos, actividades culturales o campañas solidarias en la ciudad, y atienden también a colectivos vulnerables. Para que puedan realizar estas funciones de una manera más profesional, se impartirán cursos sobre inteligencia emocional y bienestar; atención al público; primeros auxilios; protocolo; competencias digitales; comunicación, en gestión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Igualdad y atención a la diversidad.
La finalidad es formar a estos voluntarios para que adquieran las habilidades y competencias necesarias para profesionalizar la ayuda que prestan a la ciudad, ha explicado el consejero de Participación y Relación con los Ciudadanos, Javier Rodrigo, quien ha asistido este sábado a CESTE.
Dentro de la programación, se incluyen dos cursos específicos para los coordinadores del cuerpo: ‘Liderazgo, trabajo en grupo y toma de decisiones’ y una formación novedosa llamada ‘Acces Angels’, que imparte CESTE de forma pionera, dirigido a la atención de personas con necesidades especiales en las actividades turísticas.
Marta Muñoz, profesora de este curso, con certificado digital, explica que los voluntarios deberán acompañar al técnico de Turismo para que las personas con necesidades especiales puedan disfrutar al máximo de la actividad. “Por ejemplo, en una visita guiada, el voluntario garantiza que estén abiertas todas las rampas de acceso si hay una persona con dificultad motriz. Les enseñamos también que no deben empujar la silla porque es parte de su espacio vital”, propone.
Si es una persona con dificultades auditivas, plantea, se deberá facilitar un entorno tranquilo para la comunicación o asignar a esa actividad un voluntario que conozca el lenguaje de signos.
Gloria Chueca, de 64 años, es una de las voluntarias que participan en la formación dirigida a coordinadores. Expone que, en los catorce años que lleva en el cuerpo, ha tenido que organizar a grupos de hasta 30 personas, lo cual resulta “difícil” en algunos momentos. “Nunca se termina de aprender, quiero prepararme mejor”, ha manifestado Chueca, a quien, además, le gustaría mejorar sus habilidades comunicativas para que los ciudadanos colaboren y no se opongan a las normas fijadas en cada evento.
Para la realización de estos cursos se han adoptado las medidas de seguridad necesarias. Así, se tomará la temperatura a la entrada, que en todo momento se hará de forma escalonada, al igual que la salida; se han establecido aulas burbujas, con distancias de seguridad, y se han colocado geles hidroalcohólico para evitar la propagación del coronavirus.
“Se ha puesto especial cuidado en todas las medidas de seguridad y se han extremado las precauciones, como hacemos siempre en las actividades organizadas por el Ayuntamiento, pero ahora más si cabe, porque los voluntarios por su edad son personal de riesgo”, ha concluido Rodrigo.