La Unidad de Alta Resolución de Cirugía de Catarata (ARCCA) ha realizado ya más de 35.000 operaciones de este proceso. Esta unidad, situada en el Hospital Nuestra Señora de Gracia (conocido popularmente como Hospital Provincial) es fruto de un programa de cirugía oftalmológica de los hospitales Royo Villanova, Provincial y Universitario Miguel Servet, que corresponde a los sectores sanitarios I y II de Zaragoza.
La catarata, que es la opacidad parcial o total del cristalino, está asociada al envejecimiento. Su tratamiento, siempre quirúrgico, supone el 90% de la cirugía de Oftalmología. Se trata de una intervención rápida, segura y que se realiza de forma ambulatoria, lo que permite que el paciente pueda mantener su actividad habitual sin que la falta de visión merme su nivel de calidad de vida y autonomía personal.
El doctor Luis Pablo Júlvez, jefe de servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Miguel Servet, lideró el programa ARCCA, que consiste en “un proceso de gestión clínica que incluye todas las etapas por las que pasa el paciente de catarata, independientemente del profesional que le atienda”. La clave fue concentrar la cirugía de esta patología en el Provincial, adonde se desplazan oftalmólogos de los tres hospitales para operar a los pacientes.
A los enfermos se les realiza todo el proceso en el mismo lugar: preoperatorio, cirugía y tres revisiones post quirúrgicas. La revisión semanal, que es una visita de seguridad, se realiza en numerosas ocasiones de forma telefónica, no presencial, siguiendo un programa estandarizado de control que empezó antes de la pandemia COVID y que ha sido muy bien acogido por los usuarios.
El oftalmólogo José Manuel Larrosa, coordinador de ARCCA, considera que “el mayor beneficio de concentrar en un mismo centro el mayor número posible de cirugía de catarata ha sido aumentar la calidad de asistencia de los pacientes ofreciendo el mejor trato posible, la mejor asistencia posible y los mejores resultados posibles”.
Mantenimiento de la actividad
Larrosa recuerda que, a lo largo de 2020, “un año duro”, hubo que reducir la actividad, ya que en pleno confinamiento se reconvirtieron los espacios tanto quirúrgicos como de consultas en área de atención COVID. “Pero a pesar de ello logramos mantener el 75 % de nuestra actividad”, indica.
ARCCA cuenta con un equipo de oftalmólogos, pero también de optometristas y de Enfermería, muchos de ellos implicados de lleno en el ámbito de la investigación. La Unidad dispone del apoyo del personal administrativo y de Enfermería quirúrgica del propio Hospital. Este proyecto ha permitido hacer más eficiente el sistema e implantar unos procesos de organización que están sirviendo de modelo para hospitales de otras comunidades autónomas. Además, se facilita la concentración de tecnología de última generación.
“Lo que ayuda a valorar la peculiaridad de cada caso y contar con el apoyo tecnológico que se requiera para cada circunstancia”. “Estandarizar un proceso asistencial no significa perder calidad, al contrario”, concluye Pablo Júlvez.