El jugador navarro, después de muchos meses apartado de los terrenos de juego por la lesión de rodilla de la que tuvo que ser intervenido, se muestra «contento de cómo ha ido la rehabilitación, que ha sido larga y complicada por todo lo que ha pasado», y sobre todo «feliz porque estoy pudiendo hacer cosas con el equipo y me da mucha vida». «Todavía no estoy para poder competir, pero poder ayudar en los entrenamientos para mí es una gran satisfacción», comenta Ros, que afronta la situación «asumiendo mi rol desde fuera, tratando de aportar el máximo y sufriendo como todo zaragocista».