La ciudad de Zaragoza acoge este verano a 50 niños y niñas saharauis procedentes de los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf (Argelia), gracias al proyecto Vacaciones en Paz, gestionado en Zaragoza por las entidades Um-Draiga y Arapaz. Esta mañana han sido recibidos en el Ayuntamiento de Zaragoza por representantes del Gobierno y de los grupos municipales.
Previamente, el consejero de Acción Social y Familia, Ángel Lorén, y el consejero de Participación y Relación con los Ciudadanos, Javier Rodrigo, han mantenido un encuentro con el nuevo delegado saharaui en Aragón, Yahya Edji, a quien han expresado el apoyo del Gobierno de Zaragoza con esta causa. Lorén ha recordado que durante este mandato el Ayuntamiento de Zaragoza ha duplicado los fondos de cooperación destinados a diversos proyectos en el Sáhara, que han pasado de 112.500 euros en el periodo 2015-2017 a 245.000 euros entre 2019-2021.
El consejero ha lamentado también “la decisión unilateral del presidente Pedro Sánchez de
traicionar al pueblo saharaui, renunciando a una solución dialogada al conflicto, tal y como
establece la ONU” y ha trasladado al delegado que “esa posición no se corresponde con la
voluntad mayoritaria de nuestra sociedad”.
Un verano lejos de la dura realidad de los campamentos
Vacaciones en Paz permite a los niños y niñas saharauis de entre 10 y 12 años vivir unos meses lejos de las duras condiciones de los campamentos de refugiados, especialmente complicadas en verano. Ademas, reciben atención médica, mejoran su alimentación y, en general, cubren sus principales carencias. El Ayuntamiento de Zaragoza aporta 30.000 euros para esta iniciativa, que además de mejorar la calidad de vida de los pequeños, también busca dar a conocer la historia del pueblo saharaui y sensibilizar a la población aragonesa ante su situación.
El proyecto pretende dar a los menores saharauis la posibilidad de mejorar sustancialmente su salud, a través de la mejora de su alimentación y las revisiones médicas; por otro lado, se les quiere dar la posibilidad de conocer otra imagen del mundo, distinta de las que les aporta su realidad cotidiana en el desierto. En general, cubrir las principales carencias de estos menores, viviendo unos meses lejos de las duras condiciones de los campamentos.
A través del proyecto también se busca la sensibilización de la población aragonesa ante esta realidad social, y se fomenta la creación de vínculos afectivos entre las dos familias, la de acogida y la propia, y el resto de personas que participan directa e indirectamente en el programa.