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El derecho a la confianza

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La población española en general y los aragoneses en particular se sienten más inseguros conforme se suceden los acontecimientos, y no es para menos.

De un lado, se decretó un nuevo estado de alarma con limitación horaria en las restricciones de movilidad para todo el país, salvando a Canarias, sin uniformidad, pues las Comunidades Autónomas ya lo irían adecuando, hora arriba, hora abajo. Y así pasó que los ciudadanos comenzaron a no aclararse hasta que hora podían deambular libremente por las calles.

Por otro lado, se nos dijo que nada de reuniones de más de 6 personas, pero al poco tiempo pudimos ver un fiestón en donde se reunían políticos y personalidades de primer nivel, no convivientes, todos bajo el amparo de un mismo techo. Y así pasó que los ciudadanos comenzaron a no aclararse sobre el número de personas, convivientes o no, que podían reunirse.

En cascada, todas las Comunidades Autónomas fueron anunciando sus cierres perimetrales, y además, en la semana que acaba de terminar, por Boletín Oficial de Aragón, los de aquí fuimos informados de que tendríamos perímetros concéntricos, no solo el autonómico, sino también provincial y el municipal de las tres capitales de provincias que se prorrogaba. Y así pasó que los ciudadanos comenzaron a no aclararse sobre sí el de un pueblo de Teruel podía acudir a otro pueblo de Zaragoza, o sí el de Huesca podía coger un avión para ir a Canarias, o si el de un pueblo de Huesca podía parar en un pueblo de Zaragoza que le iba de paso para llegar a otro pueblo del mismo Huesca.

A más abundamiento, desfiló por rueda de prensa nuestra Consejera de Sanidad para decir algo así como: “cierre a partir de las 20:00 horas de los comercios y servicios no esenciales”. Y así pasó que los ciudadanos no supieron hasta varios días después quien es esencial y quien no lo es.

Hasta aquí las dudas de tipo material, es decir, esas que proceden de la literalidad de la gramática.

Pero hay otras.

¿En quién depositamos nuestra confianza?

Todas las medidas decretas y publicadas en sus correspondientes Boletines Oficiales, fueron anunciadas y defendidas con anterioridad por el correspondiente representante estatal o autonómico, mediante rueda de prensa a la luz de todo el mundo, siendo accesibles y presumiendo transparencia a fin de llegar a los ciudadanos con verbo grácil y florido, evocando convicción y transfiriendo confianza. Complejo.

Y es así porque se sabe que las normas son de mejor y más eficaz cumplimiento, cuando quien deben observarlas las interioriza, las hace suyas y las integra en su voluntad, de tal manera que su exteriorización parece obedecer más a una decisión individual del ciudadano, que a un mandato externo de su superior.

Y lo saben. Lo sabe quién tiene que imponerlas. Y lo que pasa es que no se lo trabajan lo suficiente, no se entregan al público.

Y sería sencillo poner un poco de su parte (de la de ellos), para que lo que piensan, lo que dicen, lo que decretan y lo que hacen, tuviera un hilo conductor atravesando una misma línea, sin crear anomalías, asonancias e incoherencias, dignas de la más BAJA ESTOFA.

Y me explico.

Que coherencia hay en que se decrete un estado de alarma y confinamientos perimetrales para la práctica totalidad del país e inmediatamente después, los más altos representantes de nuestro Gobierno se encuentren repartidos por toda la geografía española?

Que congruencia hay en que se incida insistentemente en la extrema necesidad de que no se hagan reuniones de más de 6 personas, animando a evitar los encuentros con los más allegados, incluso con nuestros  mayores retirados en las residencias, y después sin escatimar en pompa, boato  y descaro, se celebra el “fiestón” reuniendo a una gran parte de nuestros políticos y fuerzas vivas del país?

Que lógica existe entre anunciar una subida de impuestos y un incremento de ertes (potenciales eres) y al mismo tiempo aprobar la subida de sueldos para los diputados y la renovación de la flota de coches para el Gobierno, en concreto la adquisición de 1.518 vehículos para lo cual se ha reservado una partida de 100 millones de euros?

Que coherencia hay cuando en Aragón se nos anuncian perímetros, reducción horaria de la movilidad, reducción de aforos y cierre de los “no esenciales” a las 20:00, y por otro lado se anuncia la apertura de un centro de tiendas outlet en las proximidades de Zaragoza, que albergó en la jornada de su inauguración a unos 17.000 ciudadanos?

Y así sucesivamente….

Es por todo lo explicado que quien debe de conquistar un alto grado de CONFIANZA, no lo consigue. Es más, ese hilo conductor antes citado se diversifica en miles de hilillos campando cada uno a sus anchas, lo cual no solamente no genera confianza sino que lo que promueve es la desconfianza.

Y es una pena porque vivimos en tiempos de tragedia, tiempos únicos, en los que muchas personas se ven desbordadas, en las que a muchas personas les ha cambiado la vida, al menos deberíamos tener el derecho a tener confianza, a poder confiar en quien nos dice que no podemos ir a determinados sitios; que no podemos salir a determinadas horas; que nos impone el uso de mascarillas; y que nos dice cuándo y cómo tenemos que trabajar.

Marta Lázaro Oliván – Abogada

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