El técnico del Real Zaragoza, Gabi Fernández, compareció en sala de prensa tras la sufrida pero valiosísima victoria por 1-0 ante el Mirandés, la primera del equipo en La Romareda en lo que va de 2025. El entrenador se mostró satisfecho con el rendimiento del equipo y, sobre todo, con la atmósfera generada por la afición. “Lo dije antes del partido: sin la afición de La Romareda es imposible lograr la permanencia. Hoy han estado de matrícula de honor”, aseguró.
Fernández destacó la actitud de sus jugadores, que supieron competir en todas las fases del encuentro. “Ha sido un partido muy completo. El equipo más equilibrado, más competitivo. El Mirandés es el que más centros y remates genera en toda la categoría, y los hemos neutralizado por completo”, analizó con orgullo.
La estrategia fue determinante: un gol de córner de Jair Amador decidió el duelo. “Llevamos toda la semana trabajando el balón parado. Hoy ha salido bien y los chicos han creído. Eso nos ha dado los tres puntos…”.
Pese al alivio que supone este triunfo, Gabi no quiere euforias. “Estoy feliz, pero destrozado. No sé cuántos kilos he perdido. Esto nos tiene que servir como punto de inflexión. No hemos hecho nada todavía. Nos quedan ocho finales”, advirtió.
En cuanto al vestuario, Fernández habló de liberación. “Llevaban mucho tiempo sin ganar y necesitaban sentirse recompensados. Hoy se lo han ganado. La afición, además, nos ha vuelto a empujar como solo ella sabe”, subrayó.
El técnico también explicó su decisión táctica más llamativa: Francho como lateral derecho. “Quería profundidad. Él me dijo que ya había jugado ahí y ha respondido. Ha hecho un gran partido”, elogió.
Y mirando al futuro, dejó la puerta abierta al regreso de lesionados como Nieto, Keidi Bare o Lluís López: “No queremos arriesgar, pero estamos trabajando para recuperarlos cuanto antes”.
El mensaje es claro: hay esperanza. Pero también mucho trabajo por delante.