Hasta 6 veces ha nevado fuertemente en Zaragoza en el último siglo.
La tormenta de Filomena, que azotó la ciudad hace dos años, provocó alegrías y tristezas por igual. La nieve siempre genera un sentimiento nostálgico infantil, e invita a salir a la calle para jugar con ella; sin embargo, también produce placas de hielo peligrosas, y cuando se tarda en retirar la nieve puede estropear el mobiliario urbano.
De Filomena, nos acordamos bien; pero antes, ¿ya había nevado así en la ciudad?
El 22 de febrero de 2005, Zaragoza fue testigo de una intensa nevada que dejó más de 15 centímetros de nieve en varios puntos de la ciudad. Este fenómeno solo había sido igualado en los años 1932, 1946, 1950 y 1978. Cuatro veces en los últimos 100 años.
La nevada alteró la rutina de los ciudadanos, colapsando calles y afectando a toda la región de Aragón. La sorpresa complicó la movilidad en la ciudad desde tempranas horas de la mañana. Las aceras se cubrieron de placas de nieve, desafiando a los transeúntes a evitar caídas. El transporte público se vio afectado, dejando a 10 barrios sin servicio durante horas. A pesar de las dificultades, algunos valientes conductores, equipados con cadenas, se aventuraron a circular por las calles nevadas.
El impacto en la vida diaria fue evidente: muchos comercios retrasaron su apertura y algunos decidieron cerrar por la tarde. La asistencia a clases disminuyó, y centros cívicos y de mayores cerraron preventivamente para evitar accidentes. A las 24 horas, la ciudad continuaba recuperándose, enfrentándose a cortes y desvíos debido al hielo persistente.
Este recuerdo coincide con el regreso del frío a Aragón, que se encuentra en alerta por bajas temperaturas. El Pirineo, en particular Sabiñánigo, se espera que sea la zona más afectada por este descenso de los termómetros en los próximos días.
En Zaragoza, según las últimas previsiones de la AEMET, podría llegar a caer aguanieve, pero no se espera que la ciudad se cubra de blanco. Habrá que subir al Pirineo para disfrutar de la estampa invernal.