“Siempre soy exigente. A veces toca ser exigente porque es un entrenamiento más dinámico y otros de pelota más parada hay que ser más pedagogo y corregir más”, comenzó diciendo Lucas Alcaraz en su rueda de prensa previa al importante partido de esta semana. Comparecencia que se produjo tras una sesión de contenido táctico y en el que se trabajó la estrategia. “Es una faceta del juego que hay que trabajar. Tú entrenas intuyendo qué puede hacer el contrario pero el contrario también entrena. En Segunda División se le da máximo importancia y nosotros intentamos automatizarlas. Hay veces que te salen mejor y otras peor, pero siempre hay que seguir trabajándolas.”
Un choque para el que el andaluz nota al equipo implicado y emanando vibraciones positivas. “La sensación viendo trabajar al equipo es buena. Sabemos las mínimas diferencias entre ganar y no ganar, pero eso lo podríamos decir todo el año. Estoy contento de cómo se está trabajando”. Espera que los jugadores plasmen en el campo su buen hacer durante la semana. “El equipo tiene los conceptos clarísimos, en todas las facetas del juego. Lo que pasa es que hay que armonizar el conocimiento de las cosas, la realización del juego, cómo influye el ambiente, el contario…”
“Mi abuelo me decía: ´si sobre un tema no tienes nada original que decir, no hables´ y de esto ya se ha dicho todo”, dijo sobre el cambio de última hora en la fecha del encuentro en tierras aragonesas.
El preparador del Alba se centra en los tres puntos y no piensa en los resultados anteriores y las consecuencias que puedan tener. “No me paro a pensar en eso. La percepción que tengo es que hay buena armonía entre los que estamos. Los resultados son incontrolables. Lo mismo que el año pasado tuvimos buenos resultados, este año estamos teniendo unos resultados que no contentan a nadie. Es lógico. Ahora lo que pesa es la responsabilidad de la afición, el ánimo del club, de la ciudad y los jugadores”.
“Todo argumento tiene su contrargumento. Muchas veces decimos que el que más necesitado está jugará más concentrado, pero también con más presión. Ellos tampoco están sobrados. Es cierto que para la jornada que es hay cierta ansiedad, hay que afrontarlo. Sabemos qe no hemos ganado”, afirmó sobre llegar al partido con la ‘obligación’ de ganar.
Y tiene claro que necesita enchufado a todos y cada uno de los miembros de su plantilla. “Me gusta cambiar mucho por varios motivos: mantener la gente enchufada. Tú le puedes decir a un jugador que cuentas con él pero si ve que no hay movimiento no se le va a activar el sexto sentido. Segundo: porque hay cinco cambios, el balón más importante te puede llegar en el minuto 2 o en el 95 y porque además de todas la lesiones que se pueden producir, pueden venir otro tipo de bajas inesperadas y puedes necesitar a un jugador en cualquier momento”.
Conoce La Romareda y sabe que sin público será distinto, tal y como ocurre en nuestro estadio. “Nosotros tampoco tenemos el Belmonte. Recuerdo el partido del Rayo o Numancia y sentía mucho al público. Es un inconveniente para todos, incluso para los visitantes. Hay veces que en estado de ansiedad el público anima o pesa y al equipo contario le aumenta la adrenalina, estás mucho más en tensión. Es una desventaja para el fútbol, no se puede cuantificar para quiénes más”.
“Afortunadamente están para entrenar para jugar. Si empieza alguno tendrá papeleta de ser cambios. La buena noticia es que lo tenemos y esperemos que cojan esa dinámica”, aclaró sobre Nahuel y Liberto, que ya entrenan con el resto del grupo.
“Es un equipo bastante reconocible pero estamos preocupados por nosotros mismos. Lo que quiero es que nosotros seamos nosotros mismos y llegar a ese nivel con el que se dé el resultado”, concluyó sobre el cuadro maño.