La nevera es un electrodoméstico esencial en cualquier hogar, pero un mal uso puede afectar la conservación de los alimentos y generar desperdicio innecesario. Saber cómo organizar correctamente los productos y qué alimentos no deben refrigerarse es clave para mantener su frescura, sabor y propiedades nutricionales.
Las zonas de la nevera y dónde colocar cada alimento
El interior del frigorífico tiene distintas zonas de temperatura, por lo que no todos los alimentos deben almacenarse en el mismo lugar:
- Estantes superiores y centrales (zona fría): aquí deben colocarse los productos que necesitan refrigeración tras abrirse, como lácteos, embutidos, platos preparados y alimentos listos para consumir.
- Estante inferior (zona más fría): ideal para carnes y pescados crudos, así como alimentos en proceso de descongelación.
- Cajón inferior (zona poco fría): diseñado para frutas y verduras, ya que el frío excesivo puede deteriorarlas.
- Puerta de la nevera (zona menos fría): aquí se deben almacenar productos que no requieran temperaturas muy bajas, como huevos, bebidas y salsas industriales.
Un dato importante: aunque muchos frigoríficos incluyen un espacio específico para los huevos en la puerta, lo más recomendable es guardarlos en los estantes intermedios, donde la temperatura es más estable.
Alimentos que no deben guardarse en la nevera
Aunque pueda parecer que la refrigeración prolonga la vida útil de cualquier alimento, en algunos casos el frío puede alterar su sabor, textura y propiedades. Estos son algunos productos que es mejor conservar a temperatura ambiente:
- Tomates y plátanos: el frío frena su maduración y altera su sabor y textura.
- Patatas, cebollas y ajos: la humedad del frigorífico afecta su composición, favorece la aparición de moho y modifica su sabor.
- Pan: se endurece más rápido debido a la cristalización del almidón.
- Aceite de oliva: el frío lo solidifica y altera su consistencia.
- Café y chocolate: la humedad de la nevera afecta su aroma y provoca la cristalización del azúcar.
- Miel: se cristaliza con el frío y pierde su textura original.
- Frutas tropicales (mango, piña, melón, sandía, aguacate, kiwi, melocotón): la baja temperatura interfiere en su maduración y acelera su descomposición.
Consejos para optimizar el uso del frigorífico
- No introducir comida caliente en la nevera: esto eleva la temperatura interna y aumenta el consumo eléctrico.
- No sobrecargar el frigorífico: es importante que el aire frío circule para una refrigeración uniforme.
- Evitar colocar alimentos delicados en el fondo: es una zona más fría y podrían congelarse.
Siguiendo estos consejos, no solo se prolonga la vida útil de los alimentos, sino que también se optimiza el consumo de energía y se evitan desperdicios innecesarios.
