El shock de la pandemia ha supuesto una crisis económica sin precedentes, originada por una crisis sanitaria presente, no solo en España, sino en el resto del mundo. La evolución anual en 2020 refleja valores inéditos en muchos indicadores, que se han visto alterados negativamente de forma muy significativa y a veces sorprendente por el golpe económico que ha supuesto el shock. Se ha configurado una nueva realidad económica, tanto en la economía española como en la aragonesa y se siguen sufriendo todavía los efectos en 2021.
Este análisis se recoge en el último Informe Económico de Aragón, editado por la Fundación Basilio Paraíso de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Zaragoza e Ibercaja, que han presentado esta mañana en rueda de prensa Manuel Teruel, presidente de la Cámara de Comercio, y Marcos Sanso, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza.
En 2020 se produjeron caídas generalizadas del PIB, políticas monetarias acomodaticias y tipos de interés cero, gran esfuerzo fiscal para evitar los efectos más negativos (subsidio de desempleo, ERTES, compensación de pérdida de rentas, gastos sanitarios excepcionales,…) con el correspondiente aumento de los déficits y el endeudamiento, sectores económicos con grandes caídas en su actividad y negras perspectivas de recuperación en algunos sectores (transporte urbano, aéreo y por ferrocarril, turismo, hostelería, actividades industriales,…), aumento del paro, incremento del precios de las materias primas, inflación que parece que es temporal pero que se puede enquistar y, finalmente, problemas globales de abastecimiento de productos intermedios, logísticos y para mantener la cadena de suministro. A pesar de que las vacunas han ayudado mucho, todavía siguen los problemas, ahora no tan inmediatos como al principio, sino generados de forma diferida.
El decrecimiento de la economía aragonesa fue del -9,5% en 2020 según el Instituto Aragonés de Estadística, algo menos que la española que cayó, según la Contabilidad Nacional Trimestral de España (CNTE), -10,8%. La caída media de los países europeos está en torno al -6%, Estados Unidos cayó el -3,5% y China creció el 2,3%.
La tasa de paro fue en promedio en Aragón del 11,7% en 2020 (10,03% en 2019), 3,83 puntos porcentuales menos que la tasa nacional, sin contar los ERTES, que llegaron a afectar a más de tres millones y medio de trabajadores a 30 de abril en España y 26.000 en Aragón. Esa tasa de paro supone que el número de parados aumentó en Aragón un 15,42%, al pasar en promedio de 65.500 en 2019 a 75.500 en 2020, aunque sigue estando en el grupo de cabeza de las comunidades autónomas con menor tasa de paro promedio al ser la cuarta (como en 2018 y 2019), tras País Vasco, Navarra y La Rioja.
Todos los componentes de la demanda interna empeoran su evolución en 2020 respecto a 2019, excepto el gasto público corriente que aumenta un 1,7%. Por el lado de la oferta, todos los grandes sectores disminuyen la producción en 2020 menos uno, siendo construcción el que peor comportamiento tuvo con un decrecimiento del -15,4%, seguido de industria con el -9,9% y servicios con un -9,8%. Agricultura es el único sector que creció (6,4%).
El IPC acabó 2020 con una media anual del -0,5% en Aragón y el -0,3% en España, lejos del entorno del 2% de 2017 y del 1,7% de 2018. Se mejora la productividad promedio de Aragón notablemente en 2019 respecto a 2018, superando en términos reales el máximo nivel anterior a la crisis de 2008. También sigue aumentando el número de sectores productivos situados en una senda compatible con el crecimiento del nivel de vida.
A pesar de la ausencia de cifras de crecimiento de las autonomías en la contabilidad regional, se puede decir que el mejor comportamiento que la media ha permitido que Aragón se mantenga entre las regiones con mayor renta por habitante y menor desempleo de España.