Cada euro que el INAEM invierte en Políticas Activas de Empleo multiplica por cuatro su valor en la economía aragonesa. Así lo determina el último “Estudio sobre la valoración del impacto económico y social de las Políticas Activas del Instituto Aragonés de Empleo”, realizado por la Universidad de Zaragoza que, entre esas políticas activas de empleo, destaca la importancia y la eficacia de la formación. Muestra de ello es que el 60% de las personas desempleadas que terminaron un curso de formación para el empleo en 2019 se insertó en el mercado laboral en los 12 meses siguientes a la finalización del curso.
El estudio realizado por la Universidad, disponible en la página web del INAEM, confirma que la formación profesional para el empleo es la política activa más potente de cara a adecuar la cualificación de los trabajadores a las necesidades de las empresas, mejorar la empleabilidad de las personas y, al mismo tiempo, incrementar la competitividad empresarial. En la pasada legislatura, el Instituto Aragonés de Empleo (INAEM) dedicó a la formación de trabajadores, tanto ocupados como desempleados, más de 176,5 millones de euros, una fuerte apuesta que se mantiene en la actualidad.
“Dado que la implementación de Políticas Activas de Empleo supone un coste importante para las arcas públicas, es fundamental que los programas destinados a la mejora de la empleabilidad de los trabajadores estén sujetos a una evaluación continua”, apunta el propio estudio de la Universidad de Zaragoza. En este sentido, Aragón es pionera y ha venido realizando evaluaciones periódicas. La publicada ahora es la cuarta evaluación de este tipo. En ella se analiza el periodo comprendido entre los años 2015 y 2018, permitiendo además realizar un análisis retrospectivo.
En la pasada legislatura se incrementó el presupuesto asignado al INAEM para el desempeño de sus actividades en promoción de empleo, intermediación y formación. El año 2018 su presupuesto fue 123,3 millones de euros, un 45% más que el 2014.
Empresas y trabajadores
A parte de la formación, la intermediación laboral entre empresas y trabajadores constituye una de las principales funciones del INAEM, aspecto que se refleja en el reparto de su presupuesto entre los distintos programas. En este ámbito, el estudio muestra que el año 2017 significó un punto de inflexión en el diseño de este tipo de programas del INAEM. En ese año se mejoró y afianzó el cuestionario de empleabilidad como herramienta de mejora del diagnóstico para definir itinerarios personalizados de los demandantes, y desde entonces se ha hecho un énfasis especial en el diseño de mecanismos de escucha activa, tanto a empresas como a demandantes de empleo.
Por su parte, las políticas de promoción de empleo del INAEM, que reúnen actividades encaminadas a incentivar la generación de empleo y promueven la estabilidad laboral mediante el fomento de la transformación de contratos temporales en otros de carácter permanente, logran crear una diferencia significativa sostenida en el tiempo para los trabajadores beneficiarios. Este efecto positivo es mayor y más persistente en tiempos de recesión económica que en épocas de expansión con crecimiento sostenido. En el primer año, un trabajador que se ha beneficiado de una medida de promoción de empleo trabaja en torno a dos meses más que otro similar que no ha participado en ningún programa.