Los aerosoles pueden contener virus, permanecer suspendidos en el ambiente, trasladarse de un punto a otro y acumularse en locales no ventilados durante horas. Trabajar con exposición a los mismos durante toda la jornada laboral aumenta claramente el riesgo de contagio. De ahí la importancia de renovar el aire en los espacios cerrados.
Muchas instalaciones de aire acondicionado en oficinas y locales recirculan el aire de las estancias, enfriándolo (las máquinas que encontramos en las fachadas sólo contienen el líquido refrigerante). Trabajar en un comercio, un restaurante o un local con afluencia continua de público tiene sus riesgos ante un posible contagio de la COVID-19. También hay riesgo en esas oficinas donde el aire circula de un cubículo a otro por los conductos del aire acondicionado. Tampoco hay que bajar la guardia en una nave industrial, en una cabina o cualquier otro espacio cerrado.
El documento «Ventilación, aire acondicionado y Covid-19» elaborado por el Departamento de Salud Laboral de CCOO Aragón facilita pautas y recomendaciones diversas con el fin de adaptarlas a las características de cada centro de trabajo. El riesgo de contagio nunca desaparece por completo (el riesgo “cero” no existe), no obstante es posible implantar medidas preventivas que reduzcan el riesgo de manera suficiente para desarrollar la actividad en situación de confort térmico