Cheick Doukouré ha vuelto al verde y a ejercitarse al ritmo de sus compañeros después de terminar de recuperarse trabajando en casa durante el confinamiento. Una sensación que define como indescriptible. “Después de pasar tantos meses en gimnasio para mi es un lujo, no puedo explicar la sensación de haber superado una semana completa, sin molestias y con la carga que tenemos”, decía al concluir el entrenamiento de este viernes en Pirámide.
Reconoce que se le hace raro
no poder abrazarse con sus compañeros o, incluso, tocarse, pero es
consciente de la dificultad del momento. “Tenemos que ser responsables y
seguir todas las instrucciones al máximo, si hacemos las cosas bien
espero que pronto podamos jugar a fútbol”.
Explica que ahora tiene que “coger sensaciones”. “Trabajo
duro cada día y espero poder ayudar cuando volvamos a competir, el
Huesca me ha traído para eso, para dar el cien por cien. Ese es el gran
objetivo”.
Asegura estar muy agradecido tanto al club y a la afición por cómo le han tratado en unos meses difíciles para él y promete devolver esa confianza. “Nos quedan once partidos y tendremos que dar el cien por cien, creo que tenemos equipo para hacer lo que queremos que es acabar lo más arriba posible. Serán partidos importantes y tendremos que estar muy concentrados, está claro que serán muy diferentes sin afición pero tenemos el objetivo en la cabeza”, concluía.