El Consejero de Urbanismo e Infraestructuras, Víctor Serrano, ha anunciado que el Ayuntamiento de Zaragoza se encuentra en la fase final de la implementación de medidas complementarias al muro perimetral que rodea el CEIP María Zambrano. Estas medidas buscan reforzar la protección del centro escolar ante posibles tormentas extraordinarias y han sido desarrolladas como respuesta a los informes de expertos encargados por el Ayuntamiento.
Según los informes técnicos, el muro perimetral existente, construido previamente por la DGA, es adecuado para enfrentar tormentas similares a las ocurridas el 6 de julio pasado. No obstante, Urbanismo e Infraestructuras se comprometió a llevar a cabo medidas adicionales recomendadas por los informes para garantizar una mayor seguridad en caso de episodios más intensos. Estas medidas incluyen la instalación de sensores en el cauce del barranco, el cambio de bocas de colectores y la creación de un canal perimetral junto al muro del centro escolar.
En relación a los sensores de medición de caudales, dos de ellos ya han sido instalados en puntos estratégicos. El objetivo de estos sensores es permitir la monitorización en tiempo real de los ramales del barranco antes de su confluencia en la Z-30. Estos datos serán utilizados para activar sistemas de alerta en caso de ser necesario, coordinando así las acciones preventivas de los cuerpos de Bomberos y de la Policía de Zaragoza.
Además, se ha finalizado el cambio de la boquilla del colector situado al final del barranco, lo que aumentará la capacidad de desagüe y evitará que el agua pluvial pase por superficie en el barrio de Parque Venecia y la Z-30.
Por último, se está trabajando en el proyecto para la creación de un canal perimetral junto al muro de protección, el cual está siendo evaluado por la Confederación Hidrográfica del Ebro antes de su ejecución.
Estas medidas, basadas en un estudio técnico multidisciplinario, refuerzan la seguridad del CEIP María Zambrano ante posibles eventos meteorológicos excepcionales. El análisis considera la excepcionalidad del evento registrado el 6 de julio de 2023 y se basa en estudios históricos, geomorfológicos, de inundabilidad y pluviométricos, así como en modelos hidráulicos y de caudales, para garantizar una respuesta efectiva ante futuros episodios climáticos adversos.