Las organizaciones ANSAR, Amigos de la Tierra Aragón y la Asociación Vecinal Torrero – Venecia han presentado recurso de alzada, paso previo al contencioso-administrativo, contra la autorización de un proyecto para instalar un parque eólico en los Montes de Torrero. Esta instalación, promovida por la empresa PE Montañés SLU, constaría de seis aerogeneradores, una subestación, una línea de alta tensión y las correspondientes vías de acceso rodado, todo ello en término municipal de Zaragoza, en un entorno emblemático como es el Cabezo de las Zorras, el Barranco del Montañés y la Cuesta del Royo.
En su recurso, las entidades indican que el proyecto incumple los criterios ambientales del Plan Energético de Aragón, al menos en lo que respecta a planificación territorial y ambiental, reducción del consumo de energía, y protección de espacios naturales, entre otros. Denuncian que «el modelo de implantación de las energías eólicas -y fotovoltaicas- que se está impulsando por la Administración y por las empresas promotoras no es inocuo con el medio ambiente, sino que, al contrario implica la producción de continuas agresiones al mismo», y cuestionan la necesidad de seguir aumentando descontroladamente la producción de energía eléctrica, mientras se abandonan otras estrategias más efectivas como la eficiencia energética o la reducción del consumo.
Además, señalan que el estudio de impacto ambiental aprobado por el Departamento de Industria de la DGA desprecia el valor paisajístico del ecosistema estepario, así como su carácter de «isla de biodiversidad». El citado estudio de impacto ambiental llega a argumentar que la zona ya está cercana a Zaragoza, a Cuarte de Huerva y a dos polígonos industriales, como si eso fuera un motivo para seguir extendiendo infraestructuras y no al contrario, una poderosa razón para proteger un entorno apreciado por entidades vecinales, naturalistas y científicas y frecuentado por paseantes, atletas y ciclistas, que incluye también vías de interés cultural y patrimonial como la Cañada Real de Torrero, el «Sendero de Goya» entre Zaragoza y Fuendetodos y el Camino Rural de Zaragoza a Torrecilla de Valmadrid señalizado por el Ayuntamiento, y porque se encuentra próximo a la ZEPA Río Huerva – Las Planas y al LIC Planas y Estepas de la Margen Derecha del Ebro.
El proyecto también pone en riesgo la conservación de especies vulnerables, amenazadas o en peligro. Algunas aves presentes en la zona como el buitre leonado, el águila real, el águila perdicera, y especialmente el milano real (catalogado en peligro de extinción) y la alondra ricotí o rocín (catalogado como vulnerable), corren el riesgo sufrir elevada mortandad a causa de los aerogeneradores o las afecciones a su hábitat. El estudio de impacto ambiental banaliza estos riesgos mediante estimaciones de muertes basadas en cálculos interesadamente erróneos. Los demandantes recuerdan que un proyecto similar en el término municipal de Zaragoza, el parque eólico Baerla, fue desechado precisamente por sus afecciones a la avifauna, que en esa ocasión sí fueron tenidas en cuenta y serían semejantes al proyecto de PE Montañés.
Las entidades vecinales y medioambientales anuncian su intención de llevar este recurso «hasta donde sea necesario», y de acompañarlo con movilizaciones ciudadanas, que vendrían a sumarse al movimiento que se extiende por numerosos puntos de Aragón, especialmente en la provincia de Teruel, que demanda que la transición energética se haga contando con los territorios afectados y minimizando las afecciones a entornos naturales, y no se convierta en una excusa para insistir en modelos desarrollistas, depredadores, destructivos, y especulativos.