La FAM realiza unas recomendaciones para ser un usuario «discreto» y ejemplar en la montaña

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“Un buen montañero no deja huella en la naturaleza” reza una de las frases más citadas por los aficionados, incidiendo en que la práctica de los distintos deportes de montaña y el cuidado medioambiental son plenamente compatibles. Respetar y cuidar el entorno para seguir pudiendo desarrollar las actividades que tanto gustan es una obligación de todos y que simplemente requiere el cumplimiento de la normativa y de una serie de buenas prácticas basadas en el sentido común y en el principio básico de mantenerse discreto en cualquier actividad montañera.

Así, son fundamentales las ideas que aplicaríamos en cualquier lugar y actividad, pero que son decisivas en un espacio especialmente rico en biodiversidad y a la vez frágil, como es la montaña: No arrancar plantas o minerales, no tocar nidos ni huevos, no dejar grafitis en rocas o árboles, no abandonar ningún tipo de residuoevitar los ruidos, no ensuciar el agua… Y desde luego, en el montañismo hay que procurar principios medioambientales como optimizar las plazas del vehículo o reciclar.

Ya en la práctica específica del senderismo y el montañismo son normas básicas seguir la traza de los senderos marcados, para evitar erosionar el terreno o entrar en propiedades particulares, o no crear mojones para seguir la ruta si no es imprescindible. Las buenas prácticas incluyen dejar las vallas de ganado como las encontremos en el camino.

A muchos montañeros, les gusta que su perro les acompañe en sus actividades y deben tener en cuenta que pueden molestar al ganado, atacar a la fauna silvestre o incluso extender enfermedades; además de que hay que respetar a los otros usuarios. En todos los espacios protegidos la normativa señala que los animales no pueden ir nunca sueltos. Si no existe norma específica, debe llevarse siempre con arnés y la correa a mano.

Un punto clave es que la acampada libre está prohibida en todo Aragón, salvo en alta montaña (en cotas superiores a 1.500 m y a más de 2 horas de marcha de un punto accesible en vehículo). Los ayuntamientos tienen capacidad para desarrollar su propia normativa y sobre ella prevalece la de los espacios protegidos; por ejemplo en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido solo se permite el vivac (dormir con saco, pero sin tienda). Las zonas de acampada y los refugios son otra opción en la que no hay que olvidar la importancia de extremar el cuidado ambiental.

Para ahondar en estas ideas y las particularidades de cada deporte, la FAM ofrece en su web  un curso online que anima a realizar a todos los aficionados. El objetivo es doble, por una parte que las buenas prácticas de montaña sean una costumbre habitual, que se refleje en todas las actividades. Por otra, que los aficionados las extiendan con el ejemplo para ayudar a continuar disfrutando de una montaña en buenas condiciones.