Más de 200 asistentes se reunieron este jueves en la jornada dedicada al modelo de Atención Integral Centrada en la Persona (AICP) en el ámbito residencial, organizada por el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS). La cita tuvo lugar en el salón de actos del IASS y sirvió como espacio para compartir experiencias, datos y avances relacionados con este enfoque, que busca mejorar la calidad de vida en residencias para personas.
La inauguración comenzó a las 09:00 horas con una intervención en vídeo de la consejera de Bienestar Social y Familia, Carmen Susín, quien destacó la importancia de situar a las personas en el centro del modelo. En sus palabras, subrayó: «El trabajo que hacemos cobra sentido cuando ponemos la dignidad y el buen trato como nuestra brújula». Por su parte, el gerente del IASS, Ángel Val, dio la bienvenida presencialmente, reforzando la misión de garantizar bienestar y autonomía para quienes residen en el centro.
La jornada incluyó una serie de mesas y ponencias que permitieron a los participantes conocer de primera mano proyectos destacados dentro del modelo AICP. Durante la primera mesa, Mariano Fago, asesor del IASS, y Penélope Castejón, coordinadora del Instituto Matia, presentaron las experiencias de diversas residencias aragonesas, como Ciudad de Huesca, Sagrada Familia, Borja, y el centro asistencial de Calatayud. Los testimonios resaltaron la implementación de unidades de convivencia, pequeños espacios donde las personas mayores conviven con atención.
Asimismo, se abordaron prácticas innovadoras como el cuidado sin sujeciones y las actividades significativas 2.0, expuestas por Jesica Mallén, directora de la residencia de Alagón. También se presentan casos de éxito en la aplicación del modelo, como la guía ARADE, explicada por Ana Rodríguez, y avances en certificación de calidad, a cargo de Yolanda Rodríguez y María Gálvez.
La jornada concluyó con una mesa de diálogo sobre ética y buen trato, principios fundamentales del modelo AICP, moderada por Teresa Martínez Rodríguez, doctora en Psicología, y Beatriz Díaz Pérez, trabajadora social. Ambas destacaron cómo la ética y el conocimiento científico están transformando la atención a personas mayores y dependientes, marcando un cambio de paradigma.
En Aragón, ya funcionan unidades de convivencia en varios centros, como Romareda y Ciudad de Huesca. Estos espacios, que replican un entorno hogareño para grupos de 10 a 15 personas, cuentan con cuidadores estables que promueven la autonomía de los residentes. En total, se espera que en 2026 haya 20 unidades operativas gracias a una inversión de 12,5 millones de euros procedentes de fondos europeos.