El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se convirtió en el centro del debate político en el programa de radio y televisión La Tertulia de este martes. Las posturas de los representantes del Partido Aragonés y Vox reflejaron tanto consensos básicos como profundas discrepancias sobre el abordaje de esta lacra.
Por un lado, Alberto Izquierdo (PAR) destacó la importancia de este día como una respuesta unificada de la sociedad contra la violencia de género. Subrayó que esta lucha no pertenece a ningún espectro político, sino que debe ser patrimonio de todos. Sin embargo, expresó su preocupación por la falta de eficacia de las reformas legales hasta la fecha, al no lograr erradicar los asesinatos de mujeres. Izquierdo enfatizó que el problema radica en la necesidad de acciones preventivas y cambios sociales que trasciendan las modificaciones legislativas.
Por otro lado, Carmen Rouco (Vox) coincidió en la gravedad del problema, pero añadió un matiz polémico al señalar que algunos recursos destinados a combatir la violencia de género han sido mal gestionados. Citó denuncias de presunta corrupción en contratos adjudicados a dedo, según asociaciones feministas críticas. Rouco también puso sobre la mesa la necesidad de incluir en el debate la violencia doméstica en todas sus manifestaciones, argumentando que debe tratarse cualquier forma de violencia sin distinción de género.
Uno de los puntos de fricción fue la mención de prácticas culturales que, según Rouco, perpetúan la violencia contra las mujeres, como los matrimonios forzados y la mutilación genital femenina. Mientras Izquierdo optó por un enfoque más neutral y propositivo, Vox insistió en el impacto de estas prácticas en el contexto migratorio.
El debate también abordó iniciativas locales como la creación del Centro de Atención Integral a las Víctimas de Violencia Sexual en Zaragoza. Izquierdo valoró positivamente esta medida, aunque cuestionó el retraso de la ciudad en implementar recursos similares ya disponibles en Huesca y Teruel. Desde Vox, Rouco aprovechó para criticar la priorización de determinados sistemas de protección, como el Biogen, al considerar que no abordan todas las formas de violencia doméstica.
Más allá del consenso en la condena a la violencia de género, el debate reflejó una politización de los enfoques y prioridades. Mientras que el PAR abogó por una reflexión sobre la falta de resultados efectivos en las reformas legales, Vox centró su discurso en señalar ineficiencias y desigualdades en la aplicación de recursos.
El trasfondo de estas posturas pone de manifiesto un reto crucial: la necesidad de un acuerdo político que permita desarrollar estrategias integradoras y efectivas, dejando de lado las tensiones ideológicas. Al final, el verdadero objetivo debería ser erradicar una lacra que afecta a mujeres de todas las condiciones y procedencias.
En días como el 25N, más que nunca, se necesita unidad para afrontar un problema que trasciende fronteras y políticas, recordando que el centro de este debate debe ser, siempre, la protección y dignidad de las víctimas.