La falta de banquillo fue una de las losas que más pesaron al Real Zaragoza en momento críticos de la temporada pasada. Especialmente con Iván Martínez, el equipo completaba dignas primeras partes para acabar cayéndose cual castillo de naipes tras el paso por vestuarios: perdió 7 de los 8 partidos que dirigió, pero siempre se fue puntuando al descanso.
En una categoría tan larga como la Segunda División, el hecho de tener un fondo de armario extenso y de garantías puede marcar la diferencia entre pelear por estar entre los 6 primeros, perder el rumbo en tierra de nadie o merodear cerca del precipicio. El Real Zaragoza de JIM parece haber dado un paso al frente en este sentido.
Los cambios del encuentro en Santo Domingo dieron otro aire al equipo y le impulsaron hacia la primera victoria de la temporada. La palabra «remontada» no existía en el diccionario blanquillo desde el 23 de junio del pasado año, cuando el Real Zaragoza se impuso al Extremadura (1-2) dándole la vuelta al gol inicial de Álex Alegría. Cuántas vueltas da el fútbol.
Para poner en perspectiva: Larra, Vuckic y los canteranos Azón y Enrique Sola fueron los cambios que pudo hacer el Real Zaragoza para tratar de evitar la derrota en El Toralín contra la Ponferradina el pasado curso (2-1). Esta jornada ante el Fuenlabrada, sin ir más lejos, JIM podrá contar con lo siguiente en caso de repetir once: Alejandro Francés, Valentin Vada, Carlos Nieto, Francho Serrano, Nano Mesa, Borja Sainz, César Yanis, Adrián González, James o Iván Azón. Un contraste sustancial.
Sobre el papel, la plantilla no se acerca al nivel de las de los «ricos» de la categoría, pero lo cierto es que mirar al banquillo este curso ya no da tanto miedo como en el pasado.